¿Tenemos realmente la plena confianza en Dios?
Toda persona confía en algo; un niño corre a los brazos de su padre confiando en que lo tomará y no lo dejará caer; la mayoría de personas ponemos el despertador para que nos alerte todas las mañanas confiando que nos hará levantará para realizar nuestras actividades; si estamos cansados observamos una silla y nos sentamos confiadamente sin pensar si siquiera que pueda destruirse.
Pero también toda persona confiamos en alguien, aunque las decepciones a lo largo de nuestras vidas han hecho que vayamos perdiendo esa confianza en nuestros semejantes, sin embargo quien no nos falla es Él.
Por ello al leer en la Palabra del Señor en Proverbios 16:3 menciona:
Proverbios 16:3
3 Encomienda a Jehová tus obras,
Y tus pensamientos serán afirmados.
Claramente nos pide que encomendemos todo a nuestro Dios, y encomendar es confiar, confiar en que Él nos va a ofrecer lo que necesitamos; en muchas ocasiones le pedimos cosas innecesarias, pero solo nosotros creemos que lo son; a cambio Él nos proporciona salud, bienestar, cuidado, amor, protección, pero no nos damos cuenta de estos beneficios y nos volvemos necios con nuestros pedidos. Afortunadamente más temprano que tarde abrimos los ojos y observamos que lo que nos da, siempre es lo mejor.
En cierta ocasión mi esposo iba a concretar un negocio con una empresa que según vimos parecía ser confiable y según sus dueños era muy próspera, yo insistía mucho a mi esposo que los llamara para finiquitar el negocio, y todos los días pedíamos en oración que nos ayudara pues nuestra situación económica no iba muy bien, y cada vez que él les llamaba no lograba comunicarse con ellos, yo hasta pensé que tal vez nos faltaba hacer algo más, días después pude hablar con un amigo allegado a los dueños de dicha empresa y me comentó que esas personas estaban atravesando por un período muy difícil en su economía, cuando escuché esto quedé admirada, y al hablar con mi esposo y orar nos dimos cuenta que nuestro Padre Amoroso no nos dejó solos y escuchó nuestras oraciones, pues al no concretar el negocio nos salvó de una segura mala inversión.
He aprendido a lo largo de mí caminar con Cristo, que al hablar con Él en la intimidad de mi habitación y abrirle mi corazón, mi Amado Jesús me escucha y de alguna manera me hace saber si lo que estoy pensando hacer está bien o no.
Utiliza sueños, o inclusive personas para afirmar lo que quiero hacer, es por eso que con fundamento les digo mis queridos amigos y hermanos que Dios siempre nos escucha y nos habla a través de su Palabra, si nosotros la leemos podemos saber qué hacer en cualquier dificultad que se nos presente, y confiadamente saber que Dios está de nuestro lado.
Escrito por Wendy Duque