Reflexiones

De nada sirve si no lo conoces

Carlos escuchaba con cortesía como su anciana vecina conversaba: “Yo sé que tú y mi nieto Aldo, se van a llevar bien”, le decía la señora Cruz. “A él le gusta mucho patinar. ¿Y creo que te dije que él juega fútbol?”

Carlos asintió. “Y que él estará en tu grado en el colegio”, también le dijo. “Y que él tiene una colección de tarjetas de peloteros”, añadió.

La señora Cruz se alegró mientras se marchaba.

Carlos se volvió hacia su mamá. “Yo sé cuántas veces la señora Cruz me ha hablado de su nieto”, le dijo. “Tengo que saber casi todo lo que se puede saber sobre él. Él suena como un buen muchacho, pero para decirte la verdad, estoy cansado de saber sobre él. Preferiría que nos lo presentara”.

El próximo sábado, ¡sucedió¡ Sonó el timbre de la puerta, y ahí estaba la señora Cruz y un niño de la edad de Carlos. “Hola Carlos”, dijo la señora Cruz. “este es Aldo mi nieto”, ella sonrió a Aldo. “Y este es Carlos”.

Aldo estaba visitando a su abuela por una semana, así que los niños jugaron juntos a menudo. Ambos pasaron un tiempo maravilloso.

“Estoy contento de que la señora Cruz al fin nos presentó a Aldo”, dijo Carlos a sus padres un día. “Yo sabía todo sobre él durante un largo tiempo, pero ahora, realmente le conozco”.

El papá asintió con su cabeza y le contestó: “Tú puedes ‘conocer sobre una persona’, o tú puedes ‘conocer’. El eliminar una pequeña palabra hace una gran diferencia, ¿cierto?” le preguntó. “También, sucede igual respecto a Jesús. Algunas personas conocen todo sobre Él, sin embargo no lo conocen de forma personal”.

“Yo siempre pienso sobre esto”, añadió la mamá. “Muchos han escuchado, por ejemplo la historia de Semana Santa o de Navidad, una y otra vez. Pero el ‘conocer sobre’ Jesús no es igual. Es tan inútil como el ‘conocer sobre’ Aldo, pero no conocer a Aldo”.

Carlos asintió con su cabeza: “Esto en realidad se estaba volviendo aburrido”, «el hecho de saber de él pero no conocerlo», contestó. “El conocerle de forma personal es mucho mejor. Me alegro de conocer a ambos, a Aldo y a Jesús”.

¿Qué tal tú?

¿Has escuchado una y otra vez como Jesús vino a la tierra como bebé o cómo murió en la cruz por salvarnos? ¿Se está volviendo aburrido el escuchar la misma historia una y otra vez? Quizás eso sea porque tú solo conoces sobre Él, pero no lo conoces a Él. Acéptalo como tu Salvador y amigo hoy, y comienza a conocerle.

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