Estas son las 7 mentiras de la Navidad, mientras toda la vida nos han acostubrado a ciertas tradiciones que creíamos eran ciertas, no obstante, ha llegado el momento de la verdad.
¿Papá Noel es un personaje importante en la navidad? ¿Existe el niño Jesús? ¿Es necesario poner el árbol en Navidad? ¿Uno de los reyes magos se llamó Melchor?
Acompáñame a descubrir si esto es verdad o mentira…
Como siempre, las tradiciones se han venido instaurando desde hace siglos, con el único fin de desmerecer las verdades únicas de la Palabra de Dios.
Pero, oh sorpresa, estas tradiciones fueron iniciadas por personas cristianas que estaban dentro de una religión.
Es imposible concebir que alguien cuyo objetivo es dar a conocer la verdad de Jesucristo se haya empeñado en tergiversar lo que Dios ordena.
Pero es más increíble aún saber que continúan empeñados en difundir las mentiras de Navidad, que la verdad de Dios.
Qué significa Navidad
Para comenzar, es importante conocer qué significa Navidad.
Navidad, procede del latín «nativitas, -atis», que significa nacimiento. Se define como la festividad anual en la que se conmemora el nacimiento de Jesucristo.
Esta celebración se aplica cada 25 de diciembre de todos los años.
Pero su origen fue entre los siglos III y IV, por decisión de los altos mandos de la iglesia religiosa de ese entonces.
En un principio como una fiesta pagana, para luego asociarlo con el nacimiento de Jesús.
No obstante y para tu sorpresa, Jesús no nació un 25 de diciembre como dice la tradición, la Biblia no muestra ninguna fecha.
El análisis de ciertos fragmentos de los evangelios, así como de otros documentos importantes de aquella época, han permitido a los historiadores realizar diferentes hipótesis sobre el nacimiento de Jesucristo.
Algunos hablan de abril o mayo, mientras que otros concluyen que fue en septiembre u octubre.
Es importante que leas también este contenido para enterarte exactamente sobre el origen de la Navidad: El oscuro origen de la Navidad y no es lo que tu crees.
Las 7 mentiras de la Navidad
Con este preámbulo, pasemos a descubrir las 7 mentiras de la Navidad, realmente te sorprenderás. Espero que luego de leer esto, al menos le des el beneficio de la duda.
Aunque sería una blasfemia que dudes de Dios, porque todo está relacionado con lo que dice la Biblia y no con lo que dicen los hombres.
Por tanto, te hago esta pregunta ¿Le crees a Dios o a los hombres?
Primera mentira de la Navidad: Los nacimientos, pesebres o belenes
En muchos países alrededor del mundo y especialmente latinos se ha instaurado esta tradición de colocar el pesebre, nacimiento o belén, como lo llamen en tu país.
El origen de esta tradición se remonta a la época de Francisco de Asís. Se cree que fue en el año 1223 cuando este religioso reprodujo lo que para él era el nacimiento de Jesús.
Francisco de Asís, no lo hizo con figuritas y miniaturas de objetos como lo conocemos actualmente, ni siquiera con personas, pero sí con animales.
Desde entonces, la idea de conmemorar el nacimiento de Jesucristo a través de una representación o reproducción se ha extendido y popularizado en los cinco continentes.
Sin embargo, el hecho de querer representar el nacimiento de Jesús ya lo convierte en un idólatra y te lo explico más abajo por qué.
Además, ya sabes que Jesús no nació un 25 de diciembre.
La verdad de Dios
La verdad es que Dios ordena que no nos hagamos imágenes de ninguna naturaleza. Leamos lo que está escrito en Éxodo 20:4-6
4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,
6 y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.
Dios claramente nos prohíbe hacernos imágenes o representaciones de lo que creemos es Dios, Jesús o pesebres. Dios aborrece esto.
No entiendo aún, como una religión insiste en seguir tergiversando este versículo e incentivando a que los feligreses tengan imágenes.
Por tanto, te repito la pregunta ¿Le crees a Dios o a los hombres?
Segunda mentira de la Navidad: Los tres reyes magos
Ni son tres, ni son reyes, ni son magos, mucho menos se llamaban Gaspar, Baltazar y Melchor.
Estos son personajes imaginarios que aparecieron en la edad media durante el siglo VI.
El origen de los Tres Reyes Magos, tal como se conoce hoy, se debe a una tradición medieval que les dio los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar.
En España, esta historia se consolidó en el siglo XII a través de «El Auto de los Reyes Magos», el texto teatral más antiguo en castellano, donde los Reyes Magos son descritos como astrólogos, no como reyes.
👉Te interesa: Ni son reyes, ni son tres, ni son magos
Los nombres de los tres aparecen en un mosaico del siglo VI en Ravena, Italia, y en la Edad Media se creía que sus nombres podían proteger contra la epilepsia.
En Europa, era costumbre inscribir sus iniciales en puertas y establos el 6 de enero como protección.
La adoración de los Reyes Magos fue un tema popular en el arte renacentista, recreado por maestros pintores en escenas que muestran a tres figuras reales con lujosos trajes, adorando al niño Jesús en un humilde establo.
La verdad de Dios sobre “los reyes magos”
La verdad es que estos personajes aparecen en el Evangelio de San Mateo, en el que se menciona a unos «magos», de quienes no da nombres, tampoco dice que fueran reyes y mucho menos que fueran tres.
El Evangelio cuenta que unos magos llegados de Oriente fueron guiados por una estrella para que adorasen al rey de los judíos que acababa de nacer.
En este punto es necesario conocer que hay un error en la traducción bíblica al llamarlos magos.
Mateo se refiere a ellos como magoi, que en griego antiguo quiere decir, sabio o estudioso de las estrellas, por ello llegaron a Belén guiados por una estrella.
Mateo 2:2-3
2 Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,
diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.
Reitero la pregunta: ¿Le crees a Dios o a los hombres?
Tercera mentira de la Navidad: Papá Noel
Otra de las mentiras arraigadas en la sociedad mundial, es aquel personaje que supuestamente trae regalos a los niños en Navidad.
Su nombre: papá noel.
El origen de Papá Noel se remonta al siglo III d.C., en Patara, Turquía, con el nacimiento de San Nicolás de Bari, un obispo cristiano conocido por su caridad y especial atención a los niños.
Tras perder a sus padres, repartió sus posesiones entre los necesitados y se dedicó a la religión.
Conocido como el «obispo de los niños», su generosidad inspiró la figura de Papá Noel.
Al morir el 6 de diciembre, fecha cercana a Navidad, se le asoció con la entrega de regalos a los niños en esa época.
En el siglo XII, la devoción a San Nicolás se extendió por Europa, y emigrantes holandeses llevaron la tradición a Estados Unidos, formando la leyenda de Papá Noel.
Coca Cola reconoce a papá noel como si figura principal
Textualmente la página oficial de Coca Cola dice lo siguiente:
Papá Noel apareció por primera vez en un anuncio de Coca‑Cola en 1920, en una ilustración publicada en The Saturday Evening Post.
De aspecto serio, este primer Santa Claus fue creado por el ilustrador Thomas Nast, y durante algunos años Coca‑Cola usó en su publicidad diferentes diseños de este personaje desarrollados por otros ilustradores.
Sin embargo, Papá Noel, tal como lo conocemos en la actualidad, nació en 1931 de la mano del dibujante Haddon Sundblom tras recibir el encargo de D’Arcy, la agencia de publicidad de Coca‑Cola.
El objetivo era crear un personaje a medio camino entre lo simbólico y lo real, la personificación del espíritu navideño y la felicidad de Coca‑Cola.
Para ello, el ilustrador se inspiró en el poema A Visit From St. Nicholas, de Clement Clark Moore.
Como te puedes dar cuenta, el origen de papá noel, nada tiene que ver con la navidad, todo lo contrario, tiene que ver con el consumismo desmedido típico de estas fechas, hoy en día.
La verdad de Dios sobre “papá noel”
Jesús dijo: “dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis”. Mateo 19:14
Y afirmó también que cualquiera que hiciera tropezar a estos pequeños mejor sería no haber nacido. Mateo 18:6.
Ya es hora de dejar de decir mentiras a los niños con papá noel.
En Mateo 23:9, también dice lo siguiente: Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos.
Respetemos a nuestro Papá Dios y dejemos estas burdas tradiciones a un lado.
Dile NO a él (Noel) y SÍ a ÉL (JESÚS)
Te vuelvo a preguntar: ¿Le crees a Dios o a los hombres?
Cuarta mentira de la Navidad: El árbol de Navidad
Ya en el siglo VII a. C., el profeta Jeremías advirtió que «las costumbres de los pueblos son vanidad».
Porque las costumbres de los pueblos son vanidad; porque leño del bosque cortaron, obra de manos de artífice con buril. Con plata y oro lo adornan; con clavos y martillo lo afirman para que no se mueva. (Jeremías 10:3-4)
Jeremías se refiere a la vanidad de adorar objetos sin valor, propia de los paganos, en lugar de venerar al Señor, el Dios verdadero.
Estos versículos revelan que cortar un árbol para adornarlo o, como hacían los babilonios, para dejar regalos debajo del mismo, es una costumbre ancestral. (National Geographic)
Tertuliano, considerado padre de la iglesia y escritor que vivió entre los siglos II y III d.C., critica los cultos romanos paganos de colgar laureles en las puertas de las casas y encender luminarias durante los festivales de invierno.
Los romanos y celtas ya decoraban árboles durante sus festividades invernales, simbolizando fertilidad y regeneración.
Los celtas adornaban robles con frutas y velas en el solsticio de invierno para asegurar el regreso del Sol.
Al llegar el cristianismo, estas tradiciones fueron adaptadas en lugar de eliminadas.
El misionero Bonifacio, al derribar un árbol pagano, presentó el abeto como símbolo de paz y vida eterna por sus hojas perennes y su forma apuntando al cielo.
Martín Lutero añadió velas a los árboles de Navidad, simbolizando estrellas en la noche.
La tradición del árbol navideño se expandió, con Tallin y Riga disputándose la primera plaza pública con un árbol de Navidad en los siglos XV y XVI.
La verdad de Dios sobre “el árbol de Navidad”
Además de Jeremías que ya lo advierte, como habíamos leído antes, en la Biblia hay pasajes sumamente escalofriantes del por qué no deberíamos tener “árboles de navidad” en nuestros hogares.
Bajo todo árbol frondoso se encienden de lujuria, y en los valles y entre las grietas sacrifican a sus propios hijos. (Isaías 57:5)
Quinta mentira de la Navidad: Los regalos
La tradición de dar regalos en Navidad se remonta a la Antigua Roma, a la fiesta pagana conocida como la Saturnalia, en honor al dios Saturno celebrada entre el 17 y el 24 de diciembre.
Durante estos festejos, los adultos recibían hojas de laurel como símbolo de buena suerte y los niños, figuras de arcilla.
También se obsequiaba comida, como pasteles, lo cual puede verse como el antecedente de las cestas navideñas actuales.
Las familias ricas también intercambiaban regalos más costosos, como joyas.
Otra teoría relaciona esta costumbre con los regalos de los Sabios de oriente en el nacimiento de Jesús, estableciendo así una conexión con la Navidad cristiana.
Con el tiempo, el intercambio de regalos evolucionó, y hoy las cestas de Navidad se destacan como uno de los obsequios más apreciados.
La verdad de Dios sobre “los regalos”
La Biblia cuenta una maravillosa historia del regalo que Dios nos dio, Jesucristo, y que podemos aprovechar como una oportunidad para presentar el Evangelio y mostrar amor.
Dar y recibir regalos en esta época debe asociarse con lo que Pablo dijo en 2 Corintios 8:7-8:
Por tanto, como en todo abundáis, en fe, en palabra, en ciencia, en toda solicitud, y en vuestro amor para con nosotros, abundad también en esta gracia.
No hablo como quien manda, sino para poner a prueba, por medio de la diligencia de otros, también la sinceridad del amor vuestro.
Pablo animó a las iglesias a hacer donaciones económicas a los creyentes necesitados de Jerusalén y recalcó que sus donaciones debían ser voluntarias y motivadas por un amor sincero.
¿Por qué no hacemos esto ahora, pero no solo en Navidad, sino todo el año?
Ahí está el verdadero significado de los regalos, que no debe ser una obligación, sino un llamado de Dios para con los más necesitados.
Cabe nuevamente la pregunta: ¿Le crees a Dios o los hombres?
Sexta mentira de la Navidad: La Cena Navideña
La tradición de la cena navideña tiene raíces en rituales de los solsticios de invierno en Europa, donde se encendían hogueras para celebrar el retorno de la luz.
Algunas culturas nórdicas, como la de los seguidores del dios Freyr y s vikingos en la festividad de Yuletide, celebraban con sacrificios de jabalíes, que luego se asaban en honor a sus deidades.
Esta tradición se mantuvo hasta el siglo XII en Inglaterra, donde los jabalíes fueron reemplazados por cerdos domesticados, extendiéndose luego a América Latina.
En América, se introdujo el pavo, conocido como “gallina de las Indias”, especialmente popularizado en México desde el siglo XVI.
Otros elementos de la cena navideña fueron introducidos por los romanos, asociándose con sacrificios al dios Júpiter.
Hoy en día la cena navideña se ha convertido en una actividad netamente comercial.
Hay mucha gente que organiza la cena navideña solo con el fin de ostentar.
La verdad de Dios sobre la Cena Navideña
La cena navideña no es una obligación, mucho menos con fastuosidades y abundantes alimentos.
Si tienes las posibilidades de hacer este tipo de evento, sería fantástico que puedas compartir con quienes no lo tienen.
Séptima mentira de la Navidad: Creer que Jesús sigue siendo niño
Al igual que los pesebres o nacimientos, el hecho de adorar a una imagen del niño Jesús es una tradición que se festeja en algunos países del mundo.
La devoción al Niño Jesús de Praga comenzó en el siglo XVII.
En 1620, el emperador Fernando II fundó un convento carmelita en Praga en agradecimiento por una victoria militar.
Durante una guerra en 1628, el monasterio sufrió mucho, hasta que la princesa Polixena Lobkowitz donó a los Carmelitas una imagen del Niño Jesús.
Esta figura de 48 cm, hecha en cera, muestra al niño con la mano en señal de bendición y un globo dorado que simboliza el mundo.
La imagen empezó a adorarse desde entonces y la tradición se extendió en varios países de Europa y el mundo.
En 1935, el religioso Juan del Rizzo se encontraba en Colombia difundiendo la imagen del niño Jesús de Praga, pero encontró oposición de quienes decían tener la exclusividad.
El salesiano empezó a buscar una imagen que sea similar.
Entonces le presentaron un Jesús infante parado sobre una nube con los brazos abiertos, túnica rosada y una enorme aureola en la cabeza.
Lo llevó hasta el barrio 20 de julio en Bogotá y desde entonces comenzó la veneración hacia esta estatua.
Esta tradición comenzó a extenderse en varios países latinos como Perú, Ecuador, Venezuela, México, Chile.
Conocido en algunas regiones como Divino Niño, sus fechas de celebración son distintas, pero principalmente en Julio.
No obstante en navidad es cuando celebran “misas” a los “divinos niños”.
La verdad de Dios sobre el “divino niño”
El “divino niño” es una invención de hombres, en ninguna parte de la Biblia habla de un niño Dios, o niño Jesús, mucho menos que se lo represente y se lo venere.
Jesús nació con el propósito de salvar nuestra alma, pero como todo humano, fue creciendo hasta convertirse en hombre.
Murió en la cruz y resucitó al tercer día; permaneció un tiempo más en la tierra hasta que subió a los cielos y gobierna a la diestra de Dios Padre.
¿Acaso sigue siendo un niño que está en los cielos?
Para nada. Jesús es Dios el Todopoderoso y no una estatua de un niño que supuestamente hace milagros.
Recuerda que el diablo también tiene poderes y él puede hacer milagros a través de las estatuas.
Si no lo sabías ahora ya lo sabes…
Ahora ya conoces estas 7 mentiras de la navidad. Espero que no vuelvas a cometer los tremendos errores de toda la vida.
Comprendemos que las tradiciones son de hombres y la verdad viene de Dios.
Una vez más te hago la pregunta: ¿Le crees a Dios o a los hombres?