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La Carta de Navidad que jamás habrías imaginado

La carta de navidad
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Cierto día me dispuse a pasear por las calles de las diferentes ciudades del mundo, donde dicen que se celebra la Navidad, observé miles de objetos, adornos y regalos de la denominada Navidad, todos se mostraban con rostros de alegría, comprando y derrochando el dinero, aunque en diferentes lugares se veían rostros de tristeza sobre todo de niños que mendigaban un pedazo de pan y algún juguete aunque sea dañado.

Los niños que tenían la oportunidad de llenarse de regalos preguntaban a sus padres, por qué algunos menores deambulaban en las calles con ropa vieja y sin regalos, pero sus progenitores solo alcanzaban a decir: “no lo sé hijito (a), y vamos que nos atrasamos a la cena”.

Me quedé inquieto por su respuesta y decidí acudir a esa ‘famosa’ cena de Navidad. Cuando entré en su casa me di cuenta que todo estaba adornado, precisamente con los objetos que miré por la calle; observé una mesa preparada con ‘motivos navideños’, decenas de alimentos y un pavo cocinado que se encontrada en la mitad de aquel mueble con muchas sillas a su alrededor. Miré además varios niños y niñas que jugaban entre ellos y preguntando a cada momento a qué hora viene un tal Santa Claus.

Más adelante me di cuenta que empezaron a beber licor, a cantar y bailar unos ritmos eróticos y nada coherentes con la dignidad, hasta que dieron las 12h00 de la noche y una mujer vestida con sus mejores galas dijo que “la cena está lista”. Todos se acercaron a la mesa, comieron y bebieron hasta hartarse; luego de un momento apareció un personaje vestido de rojo, regordete, con barba blanca y que tenía una funda llena de regalos, mencionando que había llegado la Navidad y que todos los niños acudieran a él, sin embargo se notaba su aliento a licor y su poca predisposición a abrazar a los niños y niñas; sólo se limitó a entregar los regalos con apuro y unas cuantas carcajadas siniestras para luego desaparecer como por arte de magia y volver a la sala de esa casa ya vestido con otras ropas para seguir bebiendo licor.

Todos y todas se unieron a la ‘fiesta de Navidad’, todos y todas seguían bailando y bebiendo, mientras los niños y niñas jugaban con sus regalos, otros más pequeños ya querían descansar pero sus padres no los hacían caso, otros conversaban, se burlaban y criticaban a sus semejantes, a los gobiernos, a sus vecinos, a sus propios familiares, como si ellos fueran los más perfectos seres humanos; incluso hubo una fuerte discusión entre dos familiares por dinero, uno de ellos y los suyos salieron de esa casa advirtiendo que jamás volverían. En esta rutina amaneció el nuevo día, dejando a su paso, botellas de licor por todas partes, niños durmiendo en cualquier lugar, personas borrachas tiradas en los sillones o directamente en el piso, además de basura y desorden por todo lado.

Qué lástima que a este tipo de celebraciones no he sido invitado. Nadie habla de mí, nadie se acuerda de mí, nadie enaltece mi Palabra, nadie sabe por qué realmente se celebra Navidad, nadie recuerda que Yo nací para salvarlos a todos, nadie celebra la fecha de mi cumpleaños, que aunque solo es una fecha impuesta por los humanos, Yo lo he aprobado para que al menos una vez al año me recuerden, sin embargo en estos últimos tiempos ha sido todo lo contrario.

Bueno, al menos sé que esto no sucede en todos los hogares…

Pero muchos dirán: ¿y si tú existieras por qué permites tanta pobreza, maldad y desasosiego en el mundo?…La respuesta es una sola: ¡Porque no se acercan a mí!…

Atentamente: JESÚS

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Written by Joe

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