Es muy importante saber a luz de la Palabra de Dios el rol de la pareja en el matrimonio, las Sagradas Escrituras nos muestran que cada uno tenemos roles muy específicos dentro del matrimonio.

Para hablar del matrimonio tomaremos de las escrituras el relato de la Bodas de Caná

Juan 2:1-2

2 Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús.
3 Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos.

Lo primero que tenemos que entender es que el matrimonio perfecto es Dios, el esposo y la esposa, bien unidos, donde cordón de tres dobleces no se rompe pronto, como lo señala Eclesiastés 4:12

Eclesiastés 4:12

12 Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto.

Debemos recordar que el matrimonio con Dios es difícil, pero el matrimonio sin Dios es imposible.

El hombre debe ser la Cabeza del hogar

Como mujeres debemos saber que al hombre le encanta sentirse que es la cabeza del hogar, pero ¿qué significa ser la cabeza?

¿Un autoritario?, ¿un tirano?, ¿uno que tiene sumisos a todos a la voluntad loca, perversa o enferma de la cabeza?

Definitivamente NO, ser cabeza del hogar significa:

Tener cerebro

Si es la cabeza, tiene que pensar lo que edifica a su familia, lo que protege a su familia, lo que provee a su familia, tiene que pensar siempre en tener la bendición de Dios para su familia, eso es ser cabeza.

Bajo ningún concepto, los hombres deben pensar en otra mujer que no sea la suya, no pueden pensar en hacer daño a su pareja.

Por eso es importante que como hombre primeramente tengan a Cristo en su corazón y en su cabeza, con ello podrán ser una buena cabeza para dirigir a su familia tomados de la mano de Dios.

Tener ojos

El tener ojos significa, cuál es mi visión para mi familia; obviamente siempre caminar con el Señor pero que es lo que como hombre le propone a su familia para romper la rutina, cuál es su visión.

La importancia de pensar siempre en su familia, observar lo que le está pasando a su familia, cuáles son las o los amigos de su esposa que la pueden poner en situación de riesgo, cuáles son los y los amigos de sus hijos.

La cabeza del hogar no es solamente quien da órdenes, como cabeza visión ve el peligro, no juzga, ni condena, como cabeza y con visión es un vigilante que quiere proteger a su familia a toda costa, eso es la cabeza

Decir cosas hermosas

El hombre como cabeza del hogar no se convierte en un macho que ordena a su familia para que el resto de personas le digan que “es un verdadero hombre”.

Por el contrario, si es un verdadero hombre o macho, como quiera llamarse (aunque el término macho solo se usa para los animales), tiene boca para decir cosas hermosas, cosas que sanan, que enamoran, que animan, no cosas destructivas, que dañan o envenenan.

Tiene boca para decir cosas hermosas para su esposa, piropos hermosos, no importa los años de casados, poderle decir a su esposa “TE AMO” todos los días.

Las dos orejas se hicieron para escuchar

La cabeza del hogar, tiene dos orejas para escuchar y una solo boca para no hablar tantas cosas intranscendentes. No debemos descuidar el hablar con las esposas de cosas que nos edifiquen como familia.

La Biblia tiene un sano consejo para los hombres de la casa y cómo comportarse frente a sus esposas.

Efesios 5:25-32

25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,
26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra,
27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.
28 Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.
29 Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia,
30 porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.
31 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.
32 Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.

La familia es Dios, esposa e hijos

Lo primero que tienen que entender los varones es que el momento que se casan la familia viene a ser Dios, su esposa y sus hijos, el resto pasa a ser su parentela.

A su madre y padre siempre los tienen que honrar, respetar, cuidar, proveer, siempre el hijo tiene que estar apoyándolos, pero no por encima de su mujer.

Sin descuidar a los padres, se debe entender que deben cuidar y sustentar a su esposa e hijos, tal como lo señalan Las Escrituras. Sin embargo, hasta por lógica, se debe proceder de esta manera.

El hombre debe cuidar a su esposa de dos maneras

El hombre cuida a su esposa de dos formas: primero tratándola como a vaso más frágil

Cuida también a su mujer, no siendo grosero, muchos hombres tienden a tratar a su esposa como empleada y no como ayuda idónea, como compañera y mejor amiga. Colosenses 3:19 «Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.»

Es la función del hombre cuidar, sustentar, proteger, proveer, mimar, engreír, admirar a su esposa, por ende, la mujer necesita saberse amada. Se lo tienen que decir todos los días que la aman, no se cansen de decírselo.

El hombre tiene que demostrar a su esposa que la ama con detalles, con acciones, preocuparse por su pareja. Recordando que son un equipo y tiene que cuidar a su esposa.

Si conversas con ella, si eres dulce con ella, si eres atento, tu esposa se va a sentir cuidada y protegida y va a estar siempre disponible, siempre dispuesta.

La mujer es la ayuda idónea en el matrimonio

Ser una buena esposa no es ser sirvienta del esposo. Como mujer es un ser humano, que también tiene ideas, tiene sueños, tiene metas y tiene conocimiento y sabiduría.

Para ser ayuda idónea tienen primero que valorarse y saber quiénes son y saber para que Dios las tiene con vida. No deben compararse con nadie, son únicas. Leer Proverbios 31:10-31

Debemos entender la diferencia entre temor a Dios y miedo

Proverbios 8:13 «El temor de Jehová es aborrecer el mal; La soberbia y la arrogancia, el mal camino,
Y la boca perversa, aborrezco.»

Proverbios 10:27 «El temor de Jehová aumentará los días; Mas los años de los impíos serán acortados»

Como mujeres debemos entender que la mejor cualidad de un ser humano, pero en especial en la mujer, es amar y temer a Dios con todo su corazón.

Solo si eres esa clase de mujer que se deja arrastrar por las corrientes de este mundo y no se ubica en su rol delante de Dios y de su esposo, entonces no puedes ser ayuda idónea para tu hombre.

Por lo tanto, una mujer bíblica no va a tener ningún miedo al escuchar que tiene que ser el complemento de su marido

Pon atención a esta frase:

Cuando Dios quiere algo difícil llama al hombre, pero cuando Dios quiere algo imposible llama a la mujer.

Los hombres admiran la sabiduría de la mujer que ellos no la tienen. Dios a la mujer le dio ese sexto sentido.

Cuando Dios a través de la mujer te habla, escucha a tu mujer, claro está, si no te está pidiendo que hagas cosas contrarias a la voluntad de Dios.

Dios hizo a la mujer de la costilla del hombre

Génesis 2:21-22

21 Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar.
22 Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.

Quiero que te quede bien claro esto: La función de la costilla es proteger a los órganos vitales. Por tanto, la función de la mujer es proteger y ayudar a su marido.

Dios no crea a la mujer para que sea competencia del hombre, tampoco pisoteada por el hombre, mucho menos ser superior o inferior el hombre; sino para que sea el complemento perfecto del hombre y viceversa.

Sin embargo, el estar sujetas no significa ser alfombra del hombre, que como muchas mujeres decían o dicen que “aunque pegue o mate marido es”, no es así, eso no enseña la Biblia.

Efesios 5:22-24

22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor;
23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.
24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.

El hombre que te ama no te denigra, no te hace quedar en ridículo, no te basurea delante de tu familia.

Estar sujeta a tu marido es no competir por autoridad, una mujer inteligente sabe guiar a su hombre, le da la autoridad para que, por ejemplo, le conceda permiso a sus hijos que desean hacer una actividad fuera de casa.

Jamás la mujer debe tomar el rol de autoritaria frente al marido y mucho menos de los hijos.

Y recuerda que ninguno de los dos debe actuar de manera autoritaria, una cosa es ser estricto en las decisiones frente a los hijos, por ejemplo, es decir cuando ellos quieren hacer cosas inoportunas o cuando alguien está actuando de mala manera.

Al hombre le gusta ser admirado por su mujer y no ser comparado con otro hombre. Una mujer sabia reconoce lo que hace su marido y lo aplaude con frases como: “mi amor que trabajador que eres” “mi amor gracias por proveernos en la mesa” Y la respuesta del esposo debe ser la siguiente: “Gracias mi amor, pero todo se lo debemos a Dios”

Entonces, la mujer se convierte en ayuda idónea haciéndolo quedar bien delante de todos, no lo ridiculiza, no lo avergüenza.

La mujer sabia edifica su casa

Edificar la casa es primeramente edificar al esposo, a los hijos, es decir los hace crecer como personas y especialmente en el ámbito espiritual. Proverbios 14:1 «La mujer sabia edifica su casa; Mas la necia con sus manos la derriba»

¿Cómo los hace crecer? Reconociendo las cosas positivas que son. Además, al hombre también le gusta los piropos de su mujer, al hombre le gusta ser atendido, ser respetado. Efesios 5:33 «Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.»

Lo más sabio que puede hacer una mujer es guardar silencio cuando el hombre se altera, pero muchas de nosotras respondemos y entramos en discusiones, que en el 99% de casos, son totalmente vanas.

De esta forma tantas cosas pueden pasar, incluso homicidios, de allí viene el famoso femicidio.

No hay mayor sabiduría en el hombre y la mujer, que en lugar de buscar pleitos se callen.

Ojo, no estamos incentivando que tú como mujer, te calles, si tu esposo te está maltratando cuando se altera, es decir si te grita y profiere palabras insultantes e incluso te llega a maltratar físicamente.

En este caso sí es necesario acudir a las autoridades, porque para eso se hicieron las leyes.

Lee por favor Juan 2:1-12

El matrimonio es de tres

Es importante invitar a Jesús a nuestra boda, es importante que Jesús se quede siempre en nuestro matrimonio. El éxito de un matrimonio es tener a Jesús en medio de la pareja. Matrimonio que es sólido y fortalecido es de tres: Jesús, el hombre y la mujer.

Recordemos que Jesús no solo es Salvador de nuestros pecados, sino también el Salvador del matrimonio, de la familia, de nuestros hijos.

El vino es lo que a muchos trae alegría, contentamiento, felicidad, pero ojo con esto, el vino que formó nuestro Señor Jesucristo en aquella época, era un vino cero alcohol etílico.

Por lo tanto, era un jugo de uvas que se fermentaba naturalmente, es decir diez vasos de vino en el tiempo de Jesús equivale a un vaso en el día de hoy, porque los vinos de hoy sí tienen alcohol etílico.

Por ello, el vino de ahora es altamente embriagante y cabe destacar en esta parte que, según las Escrituras, ningún borracho entrará en el reino de los Cielos.

Para embragarse en aquella época, tenían que pasar bebiendo mucho tiempo; aquel vino era utilizado justamente como medicina en muchos casos, incluso como desinfectante o simplemente en lugar de beber agua, porque no era potable (era agua de cisternas o de pozos, que tenía bacterias)

Por esta razón mucha gente tomaba vino en lugar de agua; Timoteo era uno de los que sufría ese mal de estómago y por eso el mismo apóstol Pablo le recomendaba que tome vino.

Es importante complacer a nuestra pareja

Es importante que como pareja no vivamos en la monotonía, por eso cuando invitamos a Jesús a nuestro Matrimonio él nos enseña que cada uno tiene que vivir con el propósito y la intensión de hacer feliz a la otra persona.

Como hombres, deben pensar que si se casan es para hacer feliz a su mujer; y todos los días deben procurar felicidad, no amargura, no dolor, no tristeza, no heridas.

Todos los días vivan con la intención de ver feliz a su esposa, satisfecha, contenta, cuidada, atendida.

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Y como mujeres debemos vivir todos los días con esa intención de que nuestro marido se sienta admirado, motivado, respaldado por nuestro amor, que estamos ahí para defenderlo, para apoyarlo.

Ambos, debemos cambiar la mentalidad del YO, “yo quiero” “yo decido” “yo creo”, por la práctica del NOSOTROS, esto nos traerá un sinnúmero de cosas buenas para nosotros como pareja y para todos en la familia.

Dejemos que Jesucristo limpie nuestro corazones y pecados

En el tiempo de Jesús no había calles asfaltadas, eran llenas de tierra; y la costumbre judía era tener tinaja de piedra con agua, cuando alguien llegaba a la casa, el que lo recibía tomaba el agua y lo echaba a los pies del visitante, además de secarle. Esto constituía un acto de gentileza.

¿Qué implica eso? En ocasiones en nuestro caminar matrimonial nos hace falta un poco de pureza, hemos traicionado, hemos mentido, hemos coqueteado con otra persona, hemos sido desleales.

Tener esas tinas con agua representan que mi Señor Jesucristo nos trae esa pureza para nuestro matrimonio y entender que ahora yo tengo que ser fiel, leal, honesto, super amigo, eso cambia las cosas.

Jesús trae sanidad a nuestras vidas, todo lo que está manchado y sucio cuando permitimos que el Señor sea quien nos limpie, todo quedará pulcro y sin mancha.

El problema es que nosotros a veces escuchamos a la familia o a los amigos o a los pastores y no al Señor Jesucristo; créeme, Él puede restaurar nuestro matrimonio y definitivamente la gente se divorcia por hacerle caso a los hombres y no al Señor nuestro Dios y por ello quedamos lastimados y heridos.

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Las tinajas estaban vacías porque habían sido ocupada para lavar los pies de los invitados a la boda.

Por eso El Señor ahora da la orden de llenarlas con agua, es precisamente lo que necesitamos en nuestro matrimonio: llenar con pureza, que mis ojos, las palabras bonitas, los elogios, halagos sean solamente para mi pareja.

Mi Señor convierte esa agua en el mejor vino que jamás se haya probado, tanto así que el que festeja la fiesta, el maestro de sala, al probarlo se queda admirado, pues la costumbre era que lo mejor se saque primero y luego el vino de inferior calidad.

Así es como pasa con tu vida, si pensabas que tu matrimonio estaba acabado, que ya no tenía esperanza; cuando llamas a Jesús, cuando marido y mujer buscan a Jesús, El Señor viene a rescatarte, viene a ayudarte, pero cuando los dos se acercan a Dios con honestidad.

Y si los dos le cuentan a Jesús sus problemas, Él cambia la situación amarga en algo maravilloso, en un matrimonio ejemplar.

Con información: Dile a un amigo TV 4 Febrero 2021 | Dile a un amigo TV 5 Febrero 2021 | Dile a un amigo TV 6 de Febrero 2021 | Dile a un amigo TV 7 de Febrero 2021