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¿Listo para juzgar y condenar a los demás? Parábola de la viga en el ojo

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La parábola de la viga en el ojo es una de las más conocidas, pero lamentablemente la menos practicada por la gran mayoría.

Somos prestos para juzgar a los demás, pero tardos para aceptar nuestros propios errores.

Estamos listos para ver la paja en ojo ajeno, pero no nos damos cuenta de la viga que está incrustada en nuestros propios ojos.

La parábola de la Paja y la viga la encontramos en: Mateo 7:1-5 y Lucas 6:37-42

Lucas 6:37-42

37 No juzguéis, y no seréis juzgados: no condenéis, y no seréis condenados: perdonad, y seréis perdonados.
38 Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida, y rebosando darán en vuestro seno: porque con la misma medida que midiereis, os será vuelto á medir.
39 Y les decía una parábola: ¿Puede el ciego guiar al ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo?
40 El discípulo no es sobre su maestro; mas cualquiera que fuere como el maestro, será perfecto.
41 ¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y la viga que está en tu propio ojo no consideras?
42 ¿O cómo puedes decir á tu hermano: Hermano, deja, echaré fuera la paja que está en tu ojo, no mirando tú la viga, que está en tu ojo? Hipócrita, echa primero fuera de tu ojo la viga, y entonces verás bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano.

Que fácil es para cualquiera de nosotros juzgar a las demás personas, incluyéndonos nosotros los cristianos, realmente pienso que ninguna persona puede decir que no ha cometido este pecado.

Como seres humanos, siempre tendemos a emitir comentarios o juicios negativos de una persona, nosotros como cristianos debemos saber que la misma Palabra nos dice que no debemos juzgar.

Esta palabra JUZGAR que viene de un juez como lo dice en Santiago 4:11-12

Dios prohíbe juzgar para condenar, todos estamos descalificados pues somos pecadores

Si fuésemos santos y perfectos como nuestro Señor Jesucristo entonces tendríamos toda potestad para juzgar y condenar, pero como ninguno de nosotros somos perfectos ni tampoco puros es decir que no hayamos pecado, estamos descalificados para señalar, juzgar y condenar a nadie, NO PODEMOS Y NO DEBEMOS.

Debemos aprender a DISCERNIR, es decir a diferenciar entre lo santo y lo profano, entre lo divino y lo mundano, lo cristiano y lo pagano, lo santo y lo satánico, y es una orden que nosotros si podemos discernir juzgando que es bueno y que es malo como lo dice la Palabra en 1 Corintios 2:14-15:

Es decir, la persona que está con Dios y quiere agradar al Señor, sabe discernir y diferenciar entre lo bueno y lo malo, entre lo que le agrada a Dios y lo que no le agrada.

La misma Palabra nos advierte que no juzguemos para que nosotros no seamos juzgados, incluso nos advierte que con la misma medida con que medimos a los demás seremos también medidos.

Mateo 7:1-6

1 No juzguéis, para que no seáis juzgados.
2 Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido.
3 ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
4 ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?
5 !!Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.
6 No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.

Realmente es sorprendente lo fácil que es murmurar, nos encanta hablar de los demás, y esta murmuración está incluso dentro de las iglesias, descalificándose el uno al otro y dividiéndose el uno al otro.

Como cristianos debemos saber que nuestro Padre nos prohíbe hablar mal de nuestro prójimo, es una orden de nuestro Padre, debemos entender que si nuestros ojos no lo vieron y si nuestros oídos no lo escucharon no debemos decirlo.

Ni siquiera Jesús vino a condenar, sino a salvar ¿Quién eres tú para juzgar?

No andarás chismeando entre tu pueblo. No atentarás contra la vida de tu prójimo. Yo Jehová.

Levítico 19:16

No debemos hablar mal de nadie, es una orden de nuestro Padre.

Nuestro mismo Señor nos hace analizar: ¿Cómo podemos ver los errores de las demás personas sí nuestros propios errores son mucho más grandes que los de ellos?

Por ello hace la comparación de la paja que está en el ojo de nuestro hermano, y la viga que está en nuestro ojo, y es verdad, si lo analizamos una viga es sumamente grande que incluso no podríamos ver nada.

Y realmente es una tristeza encontrar a muchas personas que viven solo del cuento y de la murmuración aún dentro de nuestras Iglesias, cuando lo que debemos hacer es que Cristo reine en nosotros y reflejarlo en nuestro actuar.

Nuestro Amado Señor encontró falta de sinceridad y falta de fe en nuestro actuar, y nos pide que debemos corregir con amor el pecado, más no con juicio. La paja es el pecado. Nunca debemos ver la paja del ojo de nuestro hermano, primero debemos mirarnos a nosotros mismos.

Lee también: Los pecados que los cristianos cometemos como algo normal

Romanos 14:1-4

1 Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones.
2Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres.
3 El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido.
4 ¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme.

Mi Señor hace una doble connotación en Lucas 6:41-42

Las primeras personas son las que saben mirar, pero no hacen nada, andan observando la vida ajena, y cualquier cosa que ven critican y condenan.

El segundo grupo son los que quieren ayudar, hay muchas personas, que son lumbrera en la calle, pero oscuridad en la casa. 

Debemos analizar bien si yo tengo una paja en mi ojo, es decir un pecado, que otros lo ven, lo que esperamos es que nuestros allegados nos alivien, no que me critiquen, sino que me ayuden a levantarme. 

Primero debo pedir ayuda a Dios

Tenemos que hacernos un auto examen. Para ayudar a alguien debo primero pedir ayuda para mí a nuestro Señor Jesucristo y con mi vida y mi corazón llenos de Él puedo ayudar al resto. Reconociendo que el pecado se restaura con amor.

Con misericordia y verdad se corrige el pecado,
Y con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal.

Proverbios 16:6

Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.

Juan 17:17

Galatas 6:1-3

1 Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.
2Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.
3 Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña.

 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

Hebreos 12:2

Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio.

Santiago 2:13

Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.

Efesios 4:29

Mateo 12:34-37

34 !!Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.
35 El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas.
36 Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.
37 Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.

Muchas veces pretendemos ser santos y olvidamos que todavía tenemos una naturaleza pecaminosa

Debemos tener siempre presente que Jesús reprende con severidad al que disfruta juzgar a los demás sin ver sus propias culpas, además debemos aceptar la invitación que nos hace Jesús a través de su Palabra a analizar lo que realizamos en cada aspecto de nuestra vida.

Debemos corregir lo que sabemos que no le agrada a Él, hagamos de nuestra vida diaria un caminar con nuestro amado Señor llevando buenas relaciones con los demás, no juzgando sino restaurando con amor.

Con información de: A la Final Trompeta

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Written by Jesús es mi Pana

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