La celebración del día de los muertos tiene su origen en las antiguas civilizaciones nativas de América.

Lógicamente los aborígenes de aquellas épocas no tenían conocimiento de Dios y por ende festejaban sin saber lo que esto verdaderamente constituía.

Al llegar a América los españoles en su denominado descubrimiento, se horrorizaban por las prácticas y celebraciones de sus muertos.

Por ello trataron de inculcar las tradiciones católicas en los originarios para luego empezar a sincretizar estas costumbres, trasladándolas a fechas como noviembre.

De esta manera, coincidían con las celebraciones católicas del Día de todos los Santos y Todas las Almas los días 1 y 2 de noviembre.

Para colmo de males, el 31 de octubre se celebra en EEUU y otros países el denominado Halloween, otra fiesta pagana en honor a los muertos y llamado también día de brujas.

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Pero si estos festejos tienen su origen en el desconocimiento ¿por qué empeñarse en seguir celebrando?

No hay nada más patético y ridículo que celebrar algo que no sabes ¿Entonces, por qué lo haces?

Debes conocer la verdad ante todo para tomar una buena decisión y de una vez por todas desechar prácticas que además de incongruentes, no agradan para nada a nuestro Creador.

De acuerdo con Iglesia de Dios, las tradiciones en este sentido te enseñan que los muertos, hayan sido buenos o malos, siguen estando poseídos de una conciencia y sentimientos propios por el cual pueden sentir el dolor del castigo de las llamas de fuego del infierno, el gozo de la gloria del cielo, el tormento del purgatorio (que por cierto es una de las mentiras de la condenación); y que por esto tiene nociones de todo lo que pasa en el planeta tierra.

También te hacen creer que los espíritus de los muertos están conscientes y por esto pueden venir a la hora que los invoquen.

Además, que los muertos, si estuvieran en el cielo o en el infierno, Dios les da vacaciones para venir a gozarse con los vivos. ¡Tremenda Blasfemia!

Hebreos 9:27

27 Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,

Sí, exactamente como lo leíste, a todos nos llega la hora de morir y permanecemos así hasta la hora del juicio.

De ninguna manera volvemos al mundo de los vivos para supuestamente celebrar con quienes eran nuestros familiares o amigos.

A menos que hayas entregado tu vida a Jesucristo y hayas dispuesto tu corazón al servicio de los demás, compartiendo la Palabra de Dios, por ende tu morada directa es el cielo.

Pero si solo te dedicaste a servir a tu religión por costumbre o peor que eso, negaste a Jesús, estás directamente en el infierno y de ambas partes no regresas.

Eclesiastés 9:5-6

5 Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido.
6 También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol.

Las Escrituras son muy claras, es decir la Palabra de Dios es muy diáfana, no entendemos aún por qué tanta gente que dice ser cristiana sigue desobedeciéndola y apoyando esta clases de costumbres que incluso aborrece Dios.

Orar a los muertos está estrictamente prohibido en la Biblia

Deuteronomio 18:11-12

11 ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos.
12 Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti.

Dios nos ordena que quien «consulte a los muertos» es «abominación para con Jehová».

La historia de Saúl, consultando a un médium para traer el espíritu del muerto Samuel, resultó en su propia muerte, porque «prevaricó contra Jehová, contra la palabra de Jehová, la cual no guardó, y porque consultó a una adivina»(1 Samuel 28: 1-25; 1 Crónicas 10:13-14). Claramente, Dios ha declarado que estas cosas no deben realizarse. (Got Questions)

Muchos dirán, «pero nosotros no estamos consultando a los muertos, simplemente vamos a visitarlos y hablamos entre vivos, solo cumplimos una tradición, no creo que haya nada de malo».

Resulta increíble y hasta risible, saber que tienes el deseo de visitar a los muertos, mientras que cuando están vivos los odias, los reprendes, los condenas, los repudias.

Además de eso, no perdonas y cuando han fallecido te entran las ganas de ir a verlos y llevar incluso comida, ¡como si realmente salieran de sus tumbas a servirse los alimentos contigo!

En algunos países este «festejo» tiene connotaciones diabólicas al invocar a la «santa muerte», práctica que se la hace con ritos y hechizos, teniendo un componente más esotérico.

Los mafiosos creen que esta religión los protege para cumplir sus fechorías.

Además, está cien por ciento representada por estatuas, estampillas, escapularios, veladoras, joyas y otros objetos, además de prácticas abominables que encierra esta personificación.

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Deja de realizar estas prácticas paganas y vuélvete de una vez por todas al verdadero Espíritu de Dios.

Si te consideras cristiano, es lógico que debas obedecer su palabra ¿O insistes en seguir a los hombres?

Halloween día de las brujas día de satanás

Otra de las prácticas que siguen, incluso los mismos cristianos, es el «famoso» halloween.

Creo que para nadie desconocido que esta fiesta satánica tienen sus orígenes demoníacos que no debería seguir celebrándose, pero el desconocimiento es tal que los lleva a seguir pecando.

Esta «celebración» precede al denominado «día de los difuntos», «día de todos los santos» y demás inventos, como un preámbulo bien diseñado por el rey de la mentira, satanás.

Pero bien orquestado por los hombres, que a través del desconocimiento o deliberadamente han implementado estas fechas para confundir a la gente.

Y baya que lo han hecho, porque todas estas tradiciones o costumbres mal encaminadas e inventadas por los hombres, solo han terminado alejando cada vez más de la única verdad que se llama Jesucristo.

Recordar es muy distinto a festejar

Comprendamos una cosa, el hecho de recordar no quiere decir festejar, es importante recordar a los seres queridos.

Si nuestra madre murió es lógico que la recordemos, no solo el día que falleció sino en cualquier oportunidad de la vida, sea por sus enseñanzas, su legado, su arraigada fe en Jesucristo, en fin.

Es obvio que recordemos a quienes han fallecido, especialmente si hemos tenido muy buenas experiencias con ellos.

Por supuesto que es una especie de celebración pero de una manera correcta y no desenfrenada y sin sentido como ha sido la costumbre.

Y el recordar se lo lleva en el corazón, no en la tumba.

Diferenciemos también una cosa, si debemos recordar a esas personas queridas y si se ha destinado un día para ello, pues entonces hagámoslo de una manera correcta.

Nos desviamos, cuando en el Día de Muertos buscamos invitar a que los muertos regresen, que es abominación para Dios como lo vimos en Dt 18:9-13.

Sí podemos recordar a los muertos, mas no convivir con ellos.

Mucho más importante, querido lector, es que debemos proclamar la verdad de Jesucristo que es esperanza y no muerte.

Él nunca dijo: Yo soy el camino, la verdad y la muerte, dijo: «Yo soy el camino y la verdad y la vida«.