Jesús es mi Pana
No es malo tener tradiciones o costumbres que como personas debemos conservar, lo que no es bueno es aferrarse a ellas si vemos que nos están conduciendo al abismo.
Una buena costumbre, como decían nuestros abuelos o padres, es saludar cuando entramos a algún lugar.
¡Hola, cómo estás! ¡Buenos días, que grato verte! En fin. Son buenas costumbres ¿verdad?
Otra de las buenas tradiciones, por ejemplo, es la preparación de alimentos que se han venido haciendo por generaciones.
En algunos países se cocinan deliciosos platillos tradicionales de cada región y cada año le dan colorido a algún evento.
La tradición de Semana Santa
Para nadie es desconocido la tradición de Semana Santa, donde encontramos variedad de alimentos exquisitos preparados en los hogares, así como en los restaurantes.
Pero… ¡Hay. de aquellas tradiciones o costumbres que no te dejan ser libre!
Como ya lo anotamos, la tradición de Semana Santa, podría ser una sana costumbre si nos dedicamos a cumplir ciertas actividades como reunirnos con la familia a disfrutar de deliciosos alimentos preparados.
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Y por supuesto estudiando la Verdadera Palabra de Dios.
Sin embargo, esta tradición de Semana Santa, no es bienvenida cuando nos acostumbramos a hacer lo que por generaciones nos han mentido.
Si conmemoramos la muerte de Jesús, es importante que conozcamos por qué lo hacemos y cómo fue su historia.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Juan 3:16
Pero lamentablemente seguimos cayendo en el error de continuar tradiciones de las que Jesús jamás habló y jamás instó a que lo hagamos.
Por ejemplo, las procesiones de Viernes Santo ¿De dónde sacaron esta actividad?
Pues a alguien se le ocurrió que se debería hacer una caminata por varias calles paseando una estatua que supuestamente representa a Jesús, porque tal vez le agradaría a Dios “este sacrificio”.
¡Qué tamaña tontería!
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Y mucha gente, sin saber, sin conocer, sin analizar, sin leer las Escrituras, lo apoyan y hasta lo replican.
Para que te vayas enterando, Jesús jamás te pidió que hagas ningún tipo de sacrificio, pues Él ya lo hizo por ti.
Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
Marcos 10:45
La tradición de las vírgenes
Es impresionante observar a mucha gente, especialmente a nivel latino y en algunos países de Europa, seguir esta práctica abominable, de venerar o adorar a la virgen.
Y no estamos hablando de María, la verdadera María, sino de una estatua inventada a la cual se le rinde pleitesía y se la llama virgen.
13 Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo.
14 Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.
Hechos 1:13-14
Fíjate en el versículo como todos oraban CON María y NO a María.
María fue una mujer que siempre hacía la Voluntad de Dios y jamás esperó que la veneren, mucho menos que la ensalcen o comparen con Jesús. ¡Por favor!
Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,
1 Timoteo 2:5
Se convierte en una tradición, porque cuando no lees la Verdad, sigues atado a la mentira, las falacias siempre te mantienen preso, la Verdad te hace libre.
La verdad te despierta, la verdad te quita la venda de los ojos, la verdad descubre las mentiras, la verdad te quita las cadenas de la esclavitud.
La tradición de los santos
Muy parecido al punto anterior, los supuestos santos nombrados específicamente por la iglesia católica, NO por Dios, han venido a constituirse en una lamentable tradición.
Alguien se inventó que podían canonizar, beatificar, santificar a las personas que, en su vida terrenal, no solo que NO se entregaron a Jesús como es debido, sino que siguieron asimismo cultos, rituales y costumbres católicas, NO de Dios.
Y además la iglesia católica incentivó a la blasfemia de adorarlos y venerarlos, haciendo que se conviertan en intercesores. ¡Qué blasfemia!
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Juan 14:6
Ya lo leíste, “NADIE VIENE AL PADRE SINO POR MI” Solo por Jesucristo, no por vírgenes, ni por santitos.
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Estas tradiciones se convierten en abominables cuando incluso los mafiosos dicen tener sus “santitos” y les “rezan” a esos santitos para que les “vaya bien” en “sus trabajitos”.
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La tradición de Navidad
Que triste cuando se acerca Navidad, aunque debería ser todo lo contrario, porque en todo caso, se recuerda el nacimiento de El Salvador.
Por cierto, Jesús no nació el 25 de diciembre, nadie sabe la fecha exacta de su nacimiento.
Digo que es triste, porque la tradición y costumbre ha hecho que se celebre con regalos, pompas, ostentación, bochinche, glotonería, borracheras, relaciones sexuales impías y tanta blasfemia.
Dicen que especialmente es una fecha para los niños ¡¡¡¿Para los niños?!!! Será para los niños que tienen padres acaudalados y que no solo en estas fechas reciben regalos, sino siempre.
¿Y los niños de escasos recursos? ¿Dónde está la alegría de la Navidad?
Mi estimado lector, la alegría de la Navidad y de siempre está solo en Jesucristo, cuando aprendemos a depender de Él.
Pero la tradición ha hecho que nos acostumbremos a dar y recibir regalos, a estar juntos en familia, solo en esa fecha; el resto del año, ni una llamada.
Por ello hay mucha gente que por una u otra circunstancia no tiene la oportunidad de recibir obsequios, ni de dar y tampoco de reunirse con sus seres queridos.
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Una de las opciones que escogen es el suicidio, las estadísticas muestran un número escalofriante cada año.
Esto pasa siempre que no tenemos a Dios en nuestro corazón, y no tenemos a Dios en nuestro corazón porque no leemos Su Palabra.
La Palabra de Dios es tan vivificante, es alegría, es inspiración, es futuro, es algo maravilloso para nuestras vidas.
La tradición de lo mundano
Muchos, desde jóvenes, inician con una terrible costumbre lamentablemente transmitida, en varios casos, por sus propios padres.
Especialmente los fines de semana se reúnen a beber licor, hacer fiestas mundanas, a comer como glotones y, en fin, a pecar de una manera desmedida.
Por ende, los jóvenes siguen esas costumbres y lo hacen con los amigos, no solo beben licor, sino también consumen drogas, fornican; e incluso hacen cosas que en su sano juicio jamás lo harían.
Es decir, caen en la bestialidad.
Dentro de todo este mundanal ruido, hay una tradición diabólica, la de supuestamente “hacerse hombre” acostándose con una prostituta.
En muchos casos incentivada por el propio padre, en otros, son los amigos los que empujan a un joven a pecar de esta manera.
Pero muchos dicen que todo esto está bien, porque “no estoy haciendo daño a nadie, no estoy robando, no estoy matando, entonces está bien…”
¡Qué error garrafal!
Estas tradiciones sólo nos llevan al abismo de la destrucción
Encuentra la Verdad en Jesucristo
Podríamos citar decenas de tradiciones que de generación en generación se han hecho costumbre, pero solo nos traen muerte y destrucción.
Deja a un lado estas absurdas tradiciones y costumbres y conviértete en un verdadero hombre y mujer de bien, haciendo la voluntad de Dios.
Cuando sigues a Jesucristo, realmente obtienes paz, alegría, gozo y muchas otras cosas maravillosas de la vida.
Solo encuentras la Verdad cuando lees la Verdad, por más obvio que parezca, pero hay gente que ni lo obvio entiende.
Si lees las Escrituras, te darás cuenta de los tremendos errores que hemos cometido, cómo hemos ofendido a Dios, cómo nuestras acciones han traído incluso desolación a nuestro hogar.
No me creas a mí, créele a Dios, por favor.
Hemos de insistir en una premisa de este sitio web “Si crees en Dios, es obvio que debes creer su Palabra y su Palabra es la Biblia”.
La Palabra de Dios no está en el sacerdote, en el párroco de la iglesia, mucho menos en el papa o el pastor de la prosperidad o en el líder religioso.
Ni aún en el pastor de Sana Doctrina está la Verdad, porque la Sana Doctrina y la Verdad vienen de Dios y únicamente de Jesucristo.
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No puedo mentirte, siempre existirán los problemas, pero la GRAN DIFERENCIA, es que, dejando en las manos de Dios estos problemas, obtienes la victoria.
Libérate de una buena vez de las cadenas de la esclavitud tradicional y vuela libre con Jesucristo hacia las promesas de la Vida Eterna.
Si en la tierra experimentamos paz y tranquilidad cuando sigues a Jesús, pese a las circunstancias, imagínate en la eternidad.
Hoy es tu gran oportunidad de acercarte a Dios, Él te está esperando con los brazos abiertos.
No importa lo que hayas hecho, Él te recibirá gozoso y no te condenará, además, renovará tus fuerzas y caminarás firme la Victoria.
Jehová es mi fortaleza y mi escudo;
Salmos 28:7
En él confió mi corazón, y fui ayudado,
Por lo que se gozó mi corazón,
Y con mi cántico le alabaré.
