Las seis coronas celestiales que recibiremos en la presencia de Dios
Jesús promete a los cristianos la entrega de las coronas celestiales, pero para hacerse acreedor de estas coronas es imprescindible hacer la voluntad de Dios.
No todos serán merecedores de las coronas celestiales, aunque insistan en ser cristianos, porque una cosa es decir y otra muy distinta es aplicar.
Todos sabemos que cuando Dios promete algo, lo cumple.
Asimismo, las profecías de Jesús se han cumplido al pie de la letra, se siguen y se seguirán cumpliendo.
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Si Jesús ha ofrecido recompensar a los verdaderos cristianos con las coronas celestiales, esta promesa se cumplirá en su tiempo.
Qué es una corona
La palabra griega traducida «corona» es stephanos, es decir la fuente para el nombre de Esteban el mártir, cuyo significado es: «un símbolo de la realeza, un premio en los juegos públicos o un símbolo general del honor».
Las coronas fueron usadas durante los antiguos juegos griegos.
Una corona o guirnalda de hojas se colocaba en la cabeza de un vencedor como recompensa por haber ganado una competencia de atletismo.
Este honor atlético se utiliza en sentido figurado en el Nuevo Testamento de las recompensas celestiales que Dios promete a aquellos que son fieles.
1 Corintios 9:24-25
24 ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. 25 Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.
¿Por qué Jesucristo es el único Salvador?
Para empezar, debemos entender que Jesús es Rey de reyes y Señor de señores. Solo a un Rey se le entrega una corona y solo el Rey puede entregar una corona.
Podremos recibir las coronas celestiales, solo cuando sepamos que Jesús es nuestro salvador y al salvarnos, hemos hecho la voluntad de Dios.
Si Jesús es nuestro Salvador, esto significa que yo estoy perdido, que estoy condenado, y la paga del pecado es muerte, y la muerte me lleva a condenación eterna.
Por tanto, necesito que alguien me salve y El único que puede Salvar, es Jesucristo, porque Él es el Camino y La Verdad y La Vida. (Juan 14:6)
Mi Señor es soberano sobre cualquier humano, está por encima de títulos honorarios y de señores o señoritas. Señor Jesucristo quiere decir Rey de reyes.
Así lo describe: 1 Timoteo 6:11-16
En este versículo nos aclara que debemos tener cuidado con la codicia, la avaricia, los placeres mundanos y toda clase de pecado.
El verdadero cristiano que recibirá la corona
El mundo debe saber que somos cristianos, no por cuanta Biblia sepamos, no por cuanta interpretación teológica de la Biblia tengamos, sino por cuanta semejanza tenemos con Jesús.
Escrito está en Juan 13:34-35
34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. 35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
Lo único que nos va a caracterizar como verdaderos discípulos de Jesús es el amor de los unos a los otros como Cristo nos Amó y nos ama.
No es un amor a tu manera, es ese amor que todo lo entrega, ese amor que todo lo perdona, es ese amor que hace a la otra persona grande.
Sin embargo, siendo mi Señor Rey, Él fue coronado con humillación y desprecio.
Su corona no fue de oro, su corona no tenía incrustaciones de esmeraldas, de rubíes, de zafiros, de diamantes.
A Jesús no lo coronaron como un Rey, sino que lo humillaron
Él teniendo la gloria de Su Padre fue humillado por nosotros pecadores, tal como lo describe en Mateo 27:27-31
Mientras que en una coronación al rey se lo viste de gala, a mi Señor Jesucristo lo desnudaron.
En una ceremonia de coronación, todos los súbditos en reverencia al rey hacen un gesto de reconocimiento a su señorío, en cambio de Jesús se burlaron y se arrodillaron para escupirle.
Y el cetro, era un pedazo de caña que además lo utilizaron para golpearlo, no conformes con el dolor que tuvo que haber sentido con la corona de espinas.
Y como si fuera poco todo el castigo que recibió, siendo inocente, lo crucificaron.
Cuidemos nuestra Salvación porque Cristo está por venir
En el cielo, Jesús no recibió una, sino muchas coronas, porque solo Él es digno de recibir todo honor y toda gloria.
Jesús tiene preparado estas seis coronas celestiales a quienes han amado, obedecido y no han tenido ninguna duda de que Jesús es el Rey.
Por ello hay que prepararse para gobernar con Él en su segunda venida. Escrito está en:
Apocalipsis 19:11-16
11 Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.
12 Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo.
13 Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS.
14 Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.
15 De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.
16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.
Por ello, en cuanto el venció y en Jesucristo somos más que vencedores; el Señor nos motiva a vencer y a cuidar lo que Dios nos tiene preparado.
Dios nos concederá una morada celestial, premios, recompensas, galardones, una fiesta en el cielo con Jesús.
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Él nos quiere preparados y nos está diciendo que cuidemos está salvación que Dios mismo nos ha dado.
Ya nos falta poco tiempo y estaremos partiendo a Casa.
Apocalipsis 3:11
11 He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.
Las seis coronas celestiales que recibiremos en la presencia de Dios
Dios nos desea coronar por cuanto servimos al Rey de reyes y Señor de señores, por cuanto creemos que nuestro Dios es Dios único, inigualable, incomparable porque sabemos que para Dios no hay nada imposible.
Él como premio nos quiere coronar con 6 coronas que podemos ganar siendo fieles y obedientes.
No tienes que comprar nada, no tienes que gastar nada, estas coronas las recibiremos por ser fieles, constantes, perseverantes, consistentes, no cristianos de domingo, no cristianos de temporada, sino que siempre tenemos a Dios por encima de todo.
1. Corona de Bendición
Por ser hijos del Rey ya somos un príncipe o una princesa, reyes y reinas celestiales. Ya estamos, dice el apóstol Pablo, reinando con Cristo en gloria.
Pero veamos lo que dice uno de los Salmos de David
Salmos 21:1-3
1 El rey se alegra en tu poder, oh Jehová; Y en tu salvación, ¡cómo se goza!
2 Le has concedido el deseo de su corazón, Y no le negaste la petición de sus labios. Selah
3 Porque le has salido al encuentro con bendiciones de bien; Corona de oro fino has puesto sobre su cabeza. Al decir el rey, está hablando de usted y yo.
El contexto de lo que está hablando David en este salmo, es que él se goza de que Dios lo haya escuchado y le haya salvado y además lo haya coronado, con esa corona de bendición que es la corona de ser salvos.
Esta es la corona de salvación que Jesús dará a todos los que le hemos aceptado como nuestro Salvador.
Esta corona de Bendición, la primera que Dios nos da es para todos aquellos que hemos reconocido que somos pecadores, que estamos perdidos.
La religión no te salva, las buenas obras no te salvan; solamente Jesucristo es quien nos puede salvar.
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Y al reconocer esto, le pido perdón al Señor, diciédole: soy un pecador, te he fallado perdóname y te recibo y acepto como salvador. Han terminado mis días de vivir a mi manera.
Si yo acepto a mi Señor Jesucristo como el Señor y el Salvador, yo tengo que aprender a vivir como Él manda, entonces Él me premia con esta primera corona, la corona de Bendición.
Dos acciones para obtener la corona de Bendición
A través de una confesión
La confesión debe ser así: soy un pecador, pero un pecador que se ha arrepentido y por la pura gracia y misericordia de Dios, Él me ha perdonado.
Reconozco que Jesucristo murió en la cruz del Calvario, Él murió por mí y me salvo de todo mi pecado e inmundicia.
A través de una conversión
Es importante dejar de hacer lo que estaba haciendo, es decir dejar de practicar el pecado para obedecer a Dios.
Ya no puedo seguir en borracheras, en orgías, en malas palabras, en chisme, en unión libre, ya no puedo seguir haciendo lo malo.
A pesar que no somos perfectos, al menos en nuestro corazón ahora existe la intención de que todo lo que yo haga tiene que agradar al Señor, y por eso la Palabra nos dice en Romanos 10:9-11
9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. 11 Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.
Ser cristiano no es solamente ir a la iglesia, no es leer la biblia por obligación, no es hacer actos religiosos, no es bautizarse por obligación.
Un verdadero cristiano no solo recibe la Santa Cena, porque ya tocó, no es darle dinero a los pobres para que el resto me vea.
Ser cristiano es andar como Cristo anduvo, es practicar las enseñanzas del Maestro, es amar, obedecer, servir y temer a Dios con todo tú corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente.
Arrepentirse no es llorar, es tener un cambio radical de mente, de sentimiento y de comportamiento.
Debes decirle: Le pido perdón al Señor y le acepto como mi Señor y Salvador.
2. Corona de vida
Hay dos momentos en la Biblia donde podemos leer esta verdad:
Santiago 1:12
12 Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.
Apocalipsis 2:10
10 No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.
Esta es la corona que Jesús dará a todos los que vencemos la tentación y renunciamos al pecado y amamos la Santidad que agrada a Dios, ya no debemos practicar el pecado.
Los que vivimos en santidad, los que nos hemos consagrado a Dios, nos ganaremos esta corona, la corona de vida por ser fieles hasta la muerte.
Una práctica del pecado es algo que venimos haciendo todos los días, es algo que sabemos que está mal, y no hemos renunciado a eso.
Todos tenemos debilidades, esa debilidad precisamente es lo que más nos gusta y satanás lo sabe, por ello las tentaciones se vuelven irresistibles, porque apuntan a donde más somos débiles.
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La vida de un cristiano no es fácil, es dificilísima porque tenemos que vivir contra una práctica mundana, porque tenemos que pelear todos los días con las tentaciones del diablo; y, lo más tétrico aún, es que tenemos que pelear con nuestros propios deseos.
Pero una cosa es muy cierta, satanás podrá tentarnos, pero quien decide decir NO, no es ni Dios ni el diablo, sino nosotros.
La pregunta es ¿Qué decidimos: caer en tentación o vencer la tentación con la ayuda de Dios?
Porque para vencer la tentación tenemos que estar bien aferrados, bien agarrados del Señor nuestro Dios.
El Espíritu Santo que mora en nosotros nos dice que ocuparnos de la carne es muerte. Debemos ocuparnos en cosas del Espíritu y nos ganaremos esta corona.
Mientras estemos con vida, seremos tentados.
1 Corintios 10:12-14
12 Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. 13 No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar. 14 Por tanto, amados míos, huid de la idolatría.
3. Corona incorruptible
Esta es la corona que Jesús dará a todos los que renunciamos a todo mundano para ser fieles discípulos del Maestro.
La vamos a encontrar en: 1 Corintios 9:25
25 Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.
Ganaremos esta corona los que vivimos disciplinadamente, los que nunca depusimos la oración y nuestra vida es una oración ante el Señor.
Escudriñamos las Escrituras y lo que aprendimos y practicamos, es para la honra y gloria al Señor, damos testimonio de las grandezas del Señor y vivimos una vida de obediencia ante Dios.
Una cosa es renunciar al pecado que practico, una cosa es renunciar a la tentación, pero la corona incorruptible me la puedo ganar cuando soy un verdadero discípulo de Jesús, lo cual significa no poner excusas para servir al Señor.
Un discípulo es un estudiante
Esta corona es poner a Dios primero en todo, es el más importante en toda mi vida.
Lucas 14:25-33
25 Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo:
26 Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.
27 Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.
28 Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?
29 No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él,
30 diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar.
31 ¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil?
32 Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz.
33 Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.
Esa palabra “Aborrece” significa amar menos
4. Corona de Gozo y Esperanza
Jesús coronará a todos los que hemos evangelizado y hemos sido utilizados por el Espíritu Santo y se han convertido a Jesús almas arrepentidas.
1 Tesalonicenses 2:19
19 Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida?
Evangelizar es dar testimonio, compartir las buenas noticias de nuestro Señor Jesucristo, Jesucristo no es una religión, Jesucristo es la verdad y la vida.
Jesús es Dios y si ha transformado mi vida, debo contar a todo el mundo cuan grandes cosas el Señor ha hecho en mi vida y la de mi familia.
Para quienes no nos hemos acobardado, para los que no tenemos temor, no tenemos miedo de poder decir ante todo el mundo YO AMO A JESUCRISTO Y LE CREO COMO MI SEÑOR Y MI SALVADOR, esperamos con mimsericordia esta corona.
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Cuan importante es darle la oportunidad a tus amigos y familiares a que se conviertan por el testimonio que van a ver en tu vida.
El hecho de compartir la Palabra de Dios, no significa fanatismo, esto es una vida de gran gozo, de gran contentamiento, lleno de amor y esperanza para los demás.
Recuerda que es el Espíritu Santo quien te utiliza para dar testimonio, si realmente tienes la intención de salvar almas en el mundo.
Para eso es esta corona, para todos los que compartieron, dieron testimonio, para todos los que han contado cuan grandes cosas El Señor ha hecho y hemos sido utilizados por el Espíritu Santo de Dios y a través de nuestro testimonio se han convertido a Cristo, almas arrepentidas.
Hechos 2:41
41 Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.
Esta corona de Gozo y Esperanza, es para quienes han evangelizado, para quienes han llevado con denuedo la Palabra de Dios a los confines de la tierra.
Pero OJO, nuestra función es dar a conocer, no obligar, porque la conversión la hace Dios.
Preguntémonos entonces ¿cuántas personas hemos ganado para Cristo? ¿a cuántos hemos dado testimonio y los hemos llevado para que rindan su vida a los pies del Maestro?
5. Corona de Justica
Jesús dará esta corona a todos los que permanecemos fieles en nuestro caminar con Él, es para todos aquellos que no traicionamos al Señor.
2 Timoteo 4:7-8
7 He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. 8 Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida.
Esta coronoa de Justicia es para todos aquellos que hemos aprendido a seguir a Jesucristo por conocimiento y convicción y no por sentimiento o emoción.
A pesar de lo que venga y pase lo que pase, nosotros somos seguidores de Jesús y lo queremos ser hasta el último día de nuestra existencia.
Todos los que terminamos bien la carrera amando la venida de Jesús, los que no nos apartamos, los que no volvemos atrás, los que no nos desinflamos, los que no traicionamos, los que no nos desvíamos, los que permanecemos fieles.
Los que caminamos con el Señor siempre y nunca descuidamos la doctrina viviendo como a Dios le agrada, deseando que el Señor venga, tendremos la corona de Justicia.
Y tenemos que permanecer, que perseverar, persistir en el amor de Jesucristo, en obediencia al Señor, en el Servicio y en el temor a Dios.
Esta es una de las coronas más difíciles de ganar, pero no imposibles.
No somos cristianos de temporadas, de semanas, de los que se sientan el domingo y de lunes a sábado están totalmente en desobediencia a Dios.
Somos los que todos los días cuidamos nuestro andar con el Señor, cultivamos esa amistad y esa relación con Cristo.
Deseamos andar con el Señor porque le amamos, porque hemos aprendido que la vida sin Dios no es vida y para eso es esta corona, para los que hemos peleado la buena batalla, para los que no nos hemos rendido, para los que no hemos guindado la toalla, que a pesar de lo que hayan dicho, nuestra mirada está en Jesucristo y hacia allá vamos, hacia esa meta.
Filipenses 3:12-14
12 No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. 13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, 14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Esto es lo bello de nuestro Señor Jesucristo, hasta ayer yo pude ser el más vil de los pecadores, el infiel más grande, pero hoy en Cristo estoy redimido y ahora si prosigo a la meta.
El Señor permanece fiel, aunque nosotros le fallemos.
6. Corona de Gloria
Esta corona es para todos los que hemos permanecido fieles al llamado. No te olvides que Jesús nos llamó a todos y nos confió su ministerio. Es responsabilidad de cada uno, obedecer o no.
Por tanto esta corona de Gloria, es para todos los siervos que ejercieron su llamado sirviendo a Dios y a su grey.
1Pedro 5:1-4
1 Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada:
2 Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto;
3 no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.
4 Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.
Si Jesús me llamo yo debo ser fiel al llamado.
Si estás llamado al ministerio de servicio, sirva; de la enseñanza, enseñe; de la oración, ore.
Muchos dirán: «pero no siento el llamado». ¿Tienes una familia? Comienza por ministrar tu familia. Comienza a sentar las verdaderas bases crisitianas en tus hijos.
Mucha gente se pregunta ¿Por qué el mundo está como esta? ¿Por qué los jóvenes están tan desviados? Pues precisamente porque no tuvieron bases cristianas verdaderas en sus vidad. Entonces, tu primer ministerio es la familia. ¿Lo comprendes?
Romanos 11:29
29 Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.
Y el haber ganado todas estas coronas será nuestro regalo para ponerlos a los pies de Jesús.
Apocalipsis 4:9-11
9 Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, 10 los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: 11 Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.
Estas coronas podemos ganárnoslas aquí en la tierra, para que cuando lleguemos al cielo podamos decirle Mi Maestro estas coronas he ganado y las pongo a tus pies.
¿Qué regalo le vamos a llevar al Señor ahora que va a ser coronado como REY de reyes y SEÑOR de señores y que va a casarse con la novia que es la Iglesia?
El mejor regalo que le podemos dar a nuestro Señor Jesús son 6 Coronas
No podemos ser lumbrera afuera y en casa oscuridad.
Con estas coronas podemos presentarnos delante del rey y decirle:
«Mi Dios con todo mi corazón aquí están mis coronas que las pongo a tus pies, porque el único que se merece todo honor, toda honra, toda gloria, todo poder, todo aplauso, todo reconocimiento su nombre es JESUS.
LAS SEIS CORONAS CELESTIALES
Fuentes: A la Final Trompeta | GotQuestions