“Ningún cristiano debe sentirse culpable por no presentar el diezmo”
Un pastor de Nigeria ha exclamado recientemente que «ningún cristiano debe sentirse culpable por no presentar el diezmo» ante la iglesia, «ningún cristiano debe ser hecho para sentirse culpable» por tal razón.
Estas declaraciones han generado polémica en quienes miran al diezmo como una obligación y por el hecho de que el propio predicador Sam Adeyemi, se mostraba a favor de toda clase de diezmos como una condición indispensable para que el cristiano recibiera las bendiciones de Dios.
Polémica o no, el tema siempre traerá discusión cuando no entendemos la Palabra de Dios y solo queremos enseñar a nuestra manera, es decir lo que nos conviene.
Muchos pastores, que han creado «circos» y no una verdadera iglesia de sana doctrina donde se difunda la verdadera Palabra de Dios sin shows ni escándalos, obviamente querrán ser favorecidos a toda costa e insistirán como obligación que debas pagar tu diezmo a tiempo y siempre, tengas o no dinero.
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Pero los predicadores de sana doctrina con iglesias bien estructuradas a base de esfuerzo, sacrificio, pero principalmente con la Bendición de Dios, jamás te obligarán a diezmar, lo que sí te pedirán es tu contribución para la obra de la iglesia, porque lógicamente el local no se paga solo, la luz tampoco, el servicio de internet mucho menos y una serie de gastos más. Además del objetivo número uno que toda iglesia de sana doctrina debe tener: La Gran Comisión.
Por ello, si tienes las posibilidades económicas para diezmar o aún más, hazlo, siempre y cuando sea una iglesia de sana doctrina y donde observes que realmente se están destinando los fondos correctamente.
Si no tienes las posibilidades económicas, dona lo que puedas hacerlo, pero siempre pensando en aquella mujer de la Biblia, que no ofrendó lo que le sobraba, sino todo lo que tenía por la fe que sentía hacia nuestro Amado Dios.
Lucas 21
La ofrenda de la viuda pobre
Jesús estaba en el templo, y vio cómo algunos ricos ponían dinero en las cajas de las ofrendas. 2 También vio a una viuda que echó dos moneditas de muy poco valor.
3 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: —Les aseguro que esta viuda pobre dio más que todos los ricos.
4 Porque todos ellos dieron de lo que les sobraba; pero ella, que es tan pobre, dio todo lo que tenía para vivir.
Con esto no quiero decir que des todo lo que poseas a la iglesia y luego no tengas para darles de comer a tus hijos; los tiempos cambian y las necesidades igualmente, pero reflexiona que cuando des, lo poco que puedas ofrecer, hazlo con el corazón humillado y con fe, sabiendo que tienes un Dios que mira tu bondad.
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Cuando realmente no te alcance el dinero, no te sientas culpable por no ofrendar, si tu actitud es de obediencia y buenas prácticas de las enseñanzas de las Escrituras, Dios siempre te Bendecirá
Te invitamos también a pensar en un hecho: si tu pastor es muy apegado a la Biblia, has aprendido y sigues aprendiendo cosas espectaculares de nuestro Dios gracias a él, pues míralo como un profesor ¿Acaso no pagas por los servicios educativos cuando no son subsidiados por el gobierno? Cuando requieres mejorar tus conocimiento por ejemplo en inglés, ¿acaso no pagas profesor o profesores para obtener esas enseñanzas?
Tu pastor es como un docente que ha estudiado y sigue estudiando la Biblia para enseñarte «cosas grandes y ocultas que tú no conoces». Por qué no pensar entonces en que necesita ser recompensado por su dedicación a adiestrarte en la Poderosa Palabra de Dios.
La próxima vez que se hable de los diezmos ya sabes qué hacer, simplemente con el corazón alegre ofrecer lo que tienes.