Jesús es mi Pana
Los niños son los seres más puros, a los que debemos proteger siempre y guiarlos por el camino de Jesús.
Todos debemos ser como niños, así nos lo dijo el Señor, pero esto en cuanto a la inocencia, a la pureza de corazón.
Es nuestro deber ayudar a nuestros hijos en su formación espiritual, y mostrarles el camino de la vida eterna.
14 Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos.
1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
13 Entonces llamó el nombre de Jehová que con ella hablaba: Tú eres Dios que ve; porque dijo: ¿No he visto también aquí al que me ve?
14 Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.
12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.
18 No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová.
24 Jehová te bendiga, y te guarde;
40 Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da para siempre.
29 ¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre!
5 Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.
6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.
5 Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.
9 Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.
12 Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.
11 Ahora pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa.
47 Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos.
22 Por tanto, tú te has engrandecido, Jehová Dios; por cuanto no hay como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos.
21 Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.
16 Él le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos.
11 Buscad a Jehová y su poder;
Buscad su rostro continuamente.
2 y salió al encuentro de Asa, y le dijo: Oídme, Asa y todo Judá y Benjamín: Jehová estará con vosotros, si vosotros estuviereis con él; y si le buscareis, será hallado de vosotros; mas si le dejareis, él también os dejará.
28 e inclinó hacia mí su misericordia delante del rey y de sus consejeros, y de todos los príncipes poderosos del rey. Y yo, fortalecido por la mano de mi Dios sobre mí, reuní a los principales de Israel para que subiesen conmigo.
11 Te ruego, oh Jehová, esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre; concede ahora buen éxito a tu siervo, y dale gracia delante de aquel varón. Porque yo servía de copero al rey.
14 Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?
17 He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga;
Por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso.
18 Porque él es quien hace la llaga, y él la vendará;
Él hiere, y sus manos curan.
6 Porque Jehová conoce el camino de los justos;
Mas la senda de los malos perecerá.
8 En paz me acostaré, y asimismo dormiré;
Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.
1 Los cielos cuentan la gloria de Dios,
Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
1 Jehová es mi pastor; nada me faltará.
1 Bendeciré a Jehová en todo tiempo;
Su alabanza estará de continuo en mi boca.
7 El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen,
Y los defiende.
10 Estad quietos, y conoced que yo soy Dios;
Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.
16 En cuanto a mí, a Dios clamaré;
Y Jehová me salvará.
17 Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré,
Y él oirá mi voz.
3 En el día que temo,
Yo en ti confío.
1 Alabad a Jehová, porque él es bueno;
Porque para siempre es su misericordia.
24 Este es el día que hizo Jehová;
Nos gozaremos y alegraremos en él.
105 Lámpara es a mis pies tu palabra,
Y lumbrera a mi camino.
11 En mi corazón he guardado tus dichos,
Para no pecar contra ti.
105 Lámpara es a mis pies tu palabra,
Y lumbrera a mi camino.
136 Alabad a Jehová, porque él es bueno,
Porque para siempre es su misericordia.
1 Te alabaré con todo mi corazón;
Delante de los dioses te cantaré salmos.
14 Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras;
Estoy maravillado,
Y mi alma lo sabe muy bien.
9 Bueno es Jehová para con todos,
Y sus misericordias sobre todas sus obras.
6 Todo lo que respira alabe a JAH.
Aleluya.
7 El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;
Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.
6 Porque Jehová da la sabiduría,
Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.
5 Fíate de Jehová de todo tu corazón,
Y no te apoyes en tu propia prudencia.
23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón;
Porque de él mana la vida.
1 Los proverbios de Salomón.
El hijo sabio alegra al padre,
Pero el hijo necio es tristeza de su madre.
20 El que anda con sabios, sabio será;
Mas el que se junta con necios será quebrantado.
5 El testigo verdadero no mentirá;
Mas el testigo falso hablará mentiras.
5 El necio menosprecia el consejo de su padre;
Mas el que guarda la corrección vendrá a ser prudente.
15 Todos los días del afligido son difíciles;
Mas el de corazón contento tiene un banquete continuo.
6 Corona de los viejos son los nietos,
Y la honra de los hijos, sus padres.
11 Aun el muchacho es conocido por sus hechos,
Si su conducta fuere limpia y recta.
6 Instruye al niño en su camino,
Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.
5 Toda palabra de Dios es limpia;
Él es escudo a los que en él esperan.
8 Abre tu boca por el mudo
En el juicio de todos los desvalidos.
18 He aquí, pues, el bien que yo he visto: que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de su vida que Dios le ha dado; porque esta es su parte.
13 El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.
3 Yo soy de mi amado, y mi amado es mío;
Él apacienta entre los lirios.
8 Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.
4 Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos.
15 Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Y no quisisteis,
5 No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré.
15 ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. 16 He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros.
5 Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.
23 Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.
26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
28 Pero hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días. He aquí tu sueño, y las visiones que has tenido en tu cama:
9 ¿Quién es sabio para que entienda esto, y prudente para que lo sepa? Porque los caminos de Jehová son rectos, y los justos andarán por ellos; mas los rebeldes caerán en ellos.
32 Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo; porque en el monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual él habrá llamado.
4 Pero así dice Jehová a la casa de Israel: Buscadme, y viviréis;
2 y dijo:
Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó;
Desde el seno del Seol clamé,
Y mi voz oíste.
8 Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.
7 Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían.
19 Jehová el Señor es mi fortaleza,
El cual hace mis pies como de ciervas,
Y en mis alturas me hace andar.
17 Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos.
5 Según el pacto que hice con vosotros cuando salisteis de Egipto, así mi Espíritu estará en medio de vosotros, no temáis.
6 Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.
10 ¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué, pues, nos portamos deslealmente el uno contra el otro, profanando el pacto de nuestros padres?
9 Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
14 Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.
24 Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.[a]
7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
14 Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos.
22 Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.
37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
6 No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.
20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
23 Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.
52 Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.
31 Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.
28 Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.
12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
12 Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.
35 Jesús lloró.
17 Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis.
6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
29 Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.
31 Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.
23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,
14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios.
15 Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!
16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
19 Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.
13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.
17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
31 Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.
8 El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.
14 Todas vuestras cosas sean hechas con amor.
26 pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; 27 porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.
7 No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
29 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.
30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
1 Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.
8 Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz
1 Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.
4 Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.
4 Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!
13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
19 Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
16 La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.
20 Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor.
17 Orad sin cesar.
12 Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.
8 porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.
5 Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré;
8 Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.
17 Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
27 La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.
5 Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.
3 Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.
2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. 3 Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.
23 Y este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado.
7 Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.
8 El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.
19 Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.
3 Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.
21 Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén.
4 No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad.
