A lo largo de nuestras vidas hemos recibido muchas decepciones, decepciones que son fuertes y que se convierten en barreras muy grandes para perdonar. Somos conscientes que cuando nos ofenden en cualquier circunstancia sentimos deseos más de venganza que de perdón.
Pero también debemos reflexionar que si no perdonamos, eso se convierte en una carga para nosotros y no para quienes nos ofendieron, así que debemos poner todo de nuestra parte para quitarnos ese peso de encima y perdonar.
Aquí te vamos a compartir
Cuatro puntos claves para perdonar
1.- Tener claro cuáles son nuestro sentimientos
En primera instancia debemos identificar cuáles son nuestros sentimientos frente al problema que los ocasionó. Cuando alguien nos atacó, es necesario profundizar qué nos mueve realmente a sentir rechazo por ese acto, si fueron sus palabras, su actitud, su pensamiento hacia nosotros, sus acciones, en fin; tomar en cuenta qué es lo que nos molesta, es decir, la raíz del problema.
2.- Confesar mis sentimientos a Dios
Una vez identificada la causa real del sentimiento de odio hacia la o las personas que me hicieron daño, es fundamental confesar a Dios, decirle abiertamente qué es lo que nos pasa, cuáles son los motivos por los que empiezo a sentir ese rechazo y sobre todo poner a su consideración, dejar en sus manos, orar mucho por esa o esas personas y calmarnos.
3.- Renunciar a mis deseos de Venganza
Luego de haber hablado con Dios sobre lo que nos ha ocurrido, dejar a Él esta situación, orar las veces que sean necesarias para que no vuelva a suceder lo que nos causó daño, debemos llenarnos de voluntad y renunciar a nuestros deseos de venganza. El «desquite» solo trae más odio, más problemas y un interminable escenario de estrés, que inclusive puede llegar a momentos fatales y con los cuales no bastará ni siquiera el arrepentimiento.
Romanos 12:19
19 No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.
4.- Devolver bien por mal
Si creías que eso era todo, pues te equivocas, una vez que consigas frenar tus deseos de venganza tendrás que hacer algo que muy pocos terminan haciendo, pero que es una tarea que te llevará a una vida mucho más tranquila con resultados sorprendentes para tu bienestar: hacer el bien a quien te hizo el mal. Pues sí, aunque no lo creas devolver bien por mal es lo mejor en estos casos, porque la persona que te hizo daño no sabrá qué hacer y frente a esta acción, incluso se pondrá a reflexionar y lograrás que su propia vida cambie.
Lucas 6:29
29 Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues.
El verso bíblico no quiere decir que tu agaches la cabeza y te dejes humillar, una cosa es devolver bien por mal, es decir a veces esa persona que te hizo daño necesita algo de suma urgencia y si lo puedes ayudar, por qué no; otra cosa es dejarse avasallar. Si ya lo perdonamos, en ocasiones es mejor ya no mantener el mismo contacto de antes, pero siempre oraremos por esa persona para que le vaya bien en su vida.
Créeme, son pasos sencillos pero fundamentales para que tú puedas perdonar pese a cualquier circunstancia. Además piensa en algo: «¿Si Dios te perdonó a ti, porque tu no?