Cuando predicamos a un joven salvamos su vida y su alma
Muchas de las personas que hemos tenido la oportunidad de conocer de Dios, luego de haber cometido una serie de errores en nuestra vida y darnos cuenta cómo la hemos desperdiciado, tenemos la seguridad que por Gracia Divina nuestra alma estará a salvo.
Tomemos en cuenta que estamos hablando de nuestra alma, más no de nuestra vida, la vida que tenemos aquí en la tierra es una sola y lamentablemente cuando estamos lejos de Dios la desperdiciamos, tomamos rumbos equivocados, cometemos una serie de equivocaciones cuyas consecuencias, sino no son nefastas, sí que pagamos un alto precio y, en varios casos, toda una vida.
Recordemos que aún siguiendo una religión, asistiendo a una iglesia tradicional y supuestamente creyendo en Dios, igualmente nos alejamos y hacemos lo que nos viene en gana, creemos que está bien, pero cuan equivocados estamos.
Por ejemplo, el hecho de asistir a una discoteca y emborracharnos hasta la saciedad, aprovecharnos de un chico o una chica en esos momentos en los que hemos perdido el sentido y la razón y luego si corremos con suerte llegar a nuestra casa a salvo para después de unas horas reaccionar y darnos cuenta que lo que hicimos estuvo mal, sin embargo este malestar nos duras apenas unos días y el siguiente fin de semana volvemos a lo mismo; creemos que esto está bien, «porque no he robado a nadie», «no he matado a nadie» y no hay problema porque como «voy el domingo a un templo y me confieso, suficiente». Qué craso error ¿verdad? Este tipo de cosas son inconcebibles humanamente hablando, no se diga a los ojos de Dios, para Él esto es un pecado.
1 Corintios 6:9-10
9 ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones,
10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.
Cuando predicamos a un joven salvamos su vida y su alma
Pues efectivamente, como lo dijimos a un inicio el hecho de conocer a Dios después de mucho tiempo en que hemos cometido una serie de errores, nos da la oportunidad de ser salvos, pero por Gracia, luego de recibir a Jesús en nuestro corazón y cambiar nuestra vida.
No obstante quienes reciben la Palabra de Dios a muy temprana edad tienen la gran ocasión de salvar su alma y por supuesto su vida, porque van aprendiendo sobre Jesús y las cosas positivas de la vida, lo espectacular del Evangelio, lo increíble pero cierto de la historia del ser humano, de Israel y del mundo, cómo entregó su vida Jesús para salvarnos y cómo podemos vivir una vida plena y no tirarla a la basura.
La religión guarda tradiciones que nada tiene que ver con las Sagradas Escrituras, te muestra caminos equivocados, te incentiva a que conozcas sobre sus líderes o misioneros y no que le des la gloria al único que debemos darla: Jesús.
La palabra «predicar» viene del latín praedicare y significa «anunciar algo públicamente». Sus componentes léxicos son: el prefijo pre- (antes, delante) y dicare (destinar, consagrar). Así que no te apures prensando en que solo un pastor debe anunciar las buenas nuevas en este caso a los jóvenes; si eres papá, o mamá, estás en la obligación de brindarle el conocimiento de Dios a tus hijos desde pequeños, solo tienes que leerles la Biblia y motivarles a que lo hagan cuando aprendan a leer, así no solo salvarás su alma, sino su vida, pues aprenderán a vivirla como es debido, apegados a las normas de Dios y con esto se evitarán amargas consecuencias.
Conozco de un caso, en que un joven fue atrapado por los lazos de Dios, sus padres le empezaron a hablar de Jesús desde que tenía 11 años, ahora su testimonio es impresionante, pese a las burlas y desprecios de muchos de sus compañeros o vecinos, él se siente bendecido y con una tranquilidad absoluta en su alma.
Hoy, a sus 27 años, es un gran empresario con muy buenos ingresos económicos y no pierde la oportunidad de hablar de Dios con sus colaboradores, empleados y quien se aparezca en su camino. Se siente muy alegre y muy realizado con su vida. ¿Ven a lo que me refiero? Está viviendo una vida plena, es decir su padre salvó su vida al hablarle de Dios, y por ende su alma.
En mi caso, conjuntamente con mi esposa, hemos compartido la Palabra de Dios con nuestros hijos, desde que tenían 6 años de edad, y es maravilloso ver cómo ellos confían en Jesús para todo, ahora tienen 17 y 16 años y tienen deseos de conocer cada vez más a cerca de nuestro Creador, no les importa si sus compañeros hacen otro tipo de actividades mundanas, ellos se sienten muy bien aprendiendo de Dios y compartiendo en familia y con los demás lo que asimilamos.
No lo podemos negar, en ocasiones realizamos algunas actividades divertidas, pero sanas y con los pocos recursos económicos con que contamos la pasamos muy bien; para ellos no existe la envida, si a otro niño o niña le obsequiaron algo demasiado caro, ellos son felices con lo que tenemos, y sobre todo con la Palabra de Dios.
Recuerda que si compartes el conocimiento sobre Dios a un niño o joven, estás salvando su alma y su vida.
Marcos 16:15-16
15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
16 El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.