Quien no ha sentido mucho resentimiento hacia alguien que le ha hecho daño, todos en algún momento de nuestras vidas fuimos lastimados, heridos por amigos, por familiares, o por gente que ni siquiera conocemos.
Muchos nos llenamos de odio, de furia hacia nuestros agresores, pero eso no es la solución, debemos tomar una decisión inmediata y pedir a nuestro Amado Señor Jesús que en su Amor podamos perdonar, es muy difícil, pero recuerda que con Cristo todo se puede, sin Él nada podemos.
La Palabra del Señor nos cuenta la historia de Absalón hijo del rey David, quien era una persona sin defecto y hermoso (2 SAMUEL 14:25), pero que tenía un corazón lastimado, y con un deseo de venganza que le robaba la vida.
2 Samuel 13-14-15-16-17-18
Absalón tenía una hermana hermosa que se llamaba Tamar, la cual fue forzada y deshonrada por otro hijo de David llamado Amnón quién luego de cometer tal vileza la aborreció y la hecho; Absalón consuela a su hermana pero el odio había llenado su corazón, y a raíz de ese evento Absalón se transforma en alguien siniestro lleno de odio que lo llevó a la muerte, dedicó su vida al odio y la venganza, desarrolló un plan para matar a Amnón el cual fue ejecutado sin piedad.
Utilizó su tiempo y todo su potencial para conseguir su venganza, sus planes funcionaron a la perfección, y tras el enojo de su padre David, planificó destronarlo y colocarse en el trono de Israel y casi lo logra, además practicó las injusticias contra las que luchaba.
Absalón tomó represalia contra su padre David culpándolo por su pasividad ante la violación de Tamar, y con odio y el consejo equivocado hizo lo malo ante los ojos de Dios y del pueblo, y terminó haciendo lo mismo que le hicieron a su hermana, pero tristemente su odio y la venganza terminaron matándolo a él y a los que se habían dejado envenenar de su odio. El ejército de David logró la victoria encontrando además el Favor de Dios.
El odio afecta a la persona que lo siente, pues nuestro corazón se enferma y no nos deja ver más allá de lo que queremos ver, y la verdadera felicidad no viene de la venganza sino de DIOS, Él es quien nos da el gozo verdadero.
Proverbios 12:28
28 En el camino de la justicia está la vida;
Y en sus caminos no hay muerte.
Recuerda que el perdón debe ser una decisión, que nos hace vivir nuevamente, y el único que nos puede ayudar a perdonar es el Amor de Cristo Jesús.
Ora mucho por las personas que te hacen daño, para que Dios las ilumine, y ora por tu corazón para que nuestro Padre Todopoderoso lo restaure y el dolor quede atrás.
El resentimiento y el odio son virus mortales en el corazón. Jesús habla del perdón en Mateo 18:15-22 y nos dice que debemos perdonar hasta setenta veces siete. Nuestro perdón debe ser ilimitado, es decir debemos disponer nuestro corazón a perdonar siempre.
Setenta veces siete tiene como objetivo librarnos del pasado, deshacernos de recuerdos dolorosos y disfrutar la vida con el perdón de Dios.
Debemos renunciar a nuestro deseo de venganza y redimirnos ante Dios reconociendo que Él es el único juez que puede hacer lo que es justo.
Salmos 7:9
9 Fenezca ahora la maldad de los inicuos, mas establece tú al justo;
Porque el Dios justo prueba la mente y el corazón.
Dios conoce nuestro corazón y por ende debo entregarle mi deseo de venganza; al entregar nuestra carga al Todopoderoso, nos libramos del pecado que representa hacer justicia por nuestra propia mano.
Debemos aprender a ser misericordiosos como Jesús es con nosotros.
Juan 8: 10-11
10 “Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?
11 Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más. “
Acerquémonos más a nuestro Creador y conozcamos sus grandes y maravillosas promesas escudriñando sus sagradas Escrituras.