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Sabías que dos papas confirmaron la inexistencia del purgatorio

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En el año 2011 el entonces papa Benedicto XVI, aseguró que el purgatorio no existe, refiriéndose a que solo es «un fuego interior que purifica el alma del pecado».

«El purgatorio no es un elemento de las entrañas de la Tierra, no es un fuego exterior, sino interno. Es el fuego que purifica las almas en el camino de la plena unión con Dios», afirmó en ese año Joseph Aloisius Ratzinger.

La pregunta es: ¿por qué si la propia iglesia católica afirma que no existe el purgatorio, se sigue insistiendo en rezar por los muertos, celebrar «misas por las almas» y continuar con las indulgencias?

Cuándo apareció el denominado purgatorio

Se cree que por el año 160 d.J.C. se empieza a hablar de un supuesto lugar en el cual quienes no lograron arrepentirse en vida, estarían penando para «purificar su alma» y así acogerse a la vida eterna junto a Dios.

También se le atribuye este concepto al papa católico Gregorio Magno, quien habló sobre este tema desde el 590 al 604.

Los denominados padres de la iglesia católica desde el año 1090, como Tertuliano, Orígenes, Perpetua, Cipriano de Cártago, Gregorio de Nisa y otros, afirmaban haber tenido ciertas visiones manifestando o escribiendo en relación con un lugar que no era precisamente el infierno, sino un sitio destinado a purgar pecados menores.

La tradición católica también recuerda a los proclamados por ellos mismos como santos: Bernardo de Claraval, Nicolás de Tolentino, Isabel, Brígida, Catalina, Magdalena, Pedro de San José Betancur y otros, quienes habrían tenido visiones de las almas del purgatorio.

En el 2011, el papa Benedicto XVI, precisamente afirmó la inexistencia del purgatorio ante unas 9.000 personas que asistieron en el Aula Pablo VI a la audiencia pública de los miércoles, cuya catequesis dedicó a «santa» Catalina de Génova (1447-1510), conocida por su supuesta visión sobre el purgatorio.

Benedicto XVI señaló que Catalina de Génova en su «experiencia mística» jamás hizo revelaciones específicas sobre el purgatorio o sobre las almas que se estén purificando.

El Obispo de ese entonces añadió que Catalina no parte del más allá para contar los tormentos del purgatorio e indicar después el camino de la purificación o la conversión, sino que parte de la «experiencia interior del hombre en su camino hacia la eternidad».

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La doctrina del purgatorio surge en la obra del magisterio de la iglesia: En el catecismo y los escritos de Gregorio Magno (540-604), San Juan Quisóstomo, Sancesario de Arles (470-543), Tertuliano (155-203), San Cipriano de Cartago (200?-258), San Agustín de Hipona (354-403).

Para la iglesia católica existe básicamente el catecismo en donde aparece la fe relativa al purgatorio en los concilios de Florencia y Lion y en el de Trento además en el Concilio Vaticano II (1962-65).

Otras religiones que manejan el concepto de purgatorio

La iglesia copta acepta la existencia del purgatorio, la diferencia es que la denomina como realidad espiritual. Se basan en el Libro apócrifo de Enoc, escrito antes del 160 a.J.C., estos se centran en el tema de los Vigilantes y hacen además una descripción detallada del Infierno, el Purgatorio y el Paraíso.

La Iglesia copta ofrece rezos a Dios para que les muestre su misericordia a las almas de los difuntos que padecen en el Purgatorio.

La iglesia ortodoxa supuetamente rechaza la teoría del purgatorio, sin embargo es contradictoria porque alienta por oración hacia los muertos en un estado intermedio indefinido.

El Islam secunda la teoría del purgatorio en el Barzaj, lugar, período o secuencia de trámites por los que el alma espera el Juicio Final, esto lo afirmaba Mohamed, conocido como Mahoma en el Corán: «las peores horas de la vida de un hombre».

Esta idea del infierno de los musulmanes es más parecido al purgatorio de los católicos.

El zoroastrismo afirma que después de la muerte, el alma será juzgada en el puente Chinvat y enviada al cielo (temporalmente), al infierno o al purgatorio, en función del equilibrio entre sus buenos y malos pensamientos, sus palabras y las obras que haya realizado en la tierra.

Incluso una novela japonesa «Umineko No Naku Koro Ni» se refiere a una bruja Beatrice que es capaz de invocar a «Las 7 hermanas del Purgatorio» y cada una representa un pecado capital.

La teoría del purgatorio toma fuerza con la obra de Dante Alighieri que se titula «Divina Comedia», allí hace una descripción minuciosa de cómo sería este lugar.

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Ya el papa Juan Pablo II develó que el purgatorio existe, pero que no es «un lugar» o «una prolongación de la situación terrenal» después de la muerte, sino «el camino hacia la plenitud a través de una purificación completa».

El Papa Wojtyla también aseguró durante su Pontificado que tanto el paraíso como el infierno no son lugares físicos, sino estados del espíritu.

Según Juan Pablo II, las imágenes utilizadas por la Biblia para presentarnos simbólicamente el infierno deben ser interpretadas correctamente y «más que un lugar, es la situación de quien se aparta de modo libre y definitivo de Dios».

Del paraíso aseguró que existe, pero que no es «ni una abstracción ni un lugar físico entre las nubes, sino una relación viva y personal con Dios».

Se cierran las puertas del limbo

Y por si no lo sabías el 6 de octubre de 2006 «las puertas del limbo se cerraron de forma definitiva», de acuerdo con la confirmación del Vaticano. En un comunicado sostienen que en adelante, los niños que mueran sin bautizar quedarán en manos de «la misericordia de Dios» e irán quizá al paraíso.

La clausura del limbo comenzó con el catecismo publicado en 1992 por Juan Pablo II, un texto en el que no se citaba el misterioso lugar donde los niños «no gozan de Dios pero tampoco sufren», en palabras del catecismo de san Pío X, haciéndose oficial, con la presentación de conclusiones de una Comisión Teólogica Internacional reunida en el Vaticano durante septiembre de 2006.

Ya en 1984, Benedicto XVI ya había dicho, como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que el limbo era solamente «una hipótesis teológica» utilizada para resolver un dilema que siempre había inquietado a la Iglesia católica: ¿qué pasaba con los niños sin bautizar y con los millones de personas que, nacidas antes de Jesús, habían muerto cuando aún no había sido instituido su doctrina del bautismo?

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El catolicismo afirma que el limbo es un estado o lugar temporal de las almas de personas creyentes que, pasada su vida física, murieron tiempo antes de la resurrección de Jesús, y un estado o lugar permanente de los no bautizados que mueren a corta edad sin haber cometido ningún pecado personal, pero sin haberse visto librados del pecado original, mácula que solo puede ser eliminada a través de su doctrina bautismal, en cualquiera de sus formas (limbo de los niños).

La pregunta es: ¿Tiene la iglesia católica acaso la facultad para inventarse doctrinas o penitencias que después de un tiempo las puede eliminar por que ya no les conviene?

La teoría de la existencia del purgatorio como nos lo han mencionado desde las bases católicas y de otras religiones no existe y así lo han confirmado dos papas, manifestando que solo son estados del alma.

La base más importante es la Bíblica, donde no existe ningún concepto sobre el purgatorio, mucho menos del limbo y si eres un verdadero creyente ¿a quién debes creerle, a Dios o a los hombres?

Con información de: El Mundo | Wikipedia | 20Minutos | Infobae

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Written by Jesús es mi Pana

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