Laodicea: ¿La voz del pueblo es la voz de Dios?

Cuántas veces hemos escuchado que la voz del pueblo es la voz de Dios, creyendo que estamos en lo correcto al expresarla.

¿Pero realmente la voz del pueblo es la voz de Dios? ¿Estás seguro de esta afirmación?

Cuántos políticos se han llenado la boca con esta frase, pero ¿tienen idea de lo que dicen?

Las debilidades de la iglesia Laodicea

En varias ocasiones podemos pensar que estamos bien, que estamos haciendo lo correcto, cuando en realidad no es así.

La iglesia de Laodicea pensaba así, creían que estaban en lo correcto, pero mantenían a Jesús fuera de su templo, siendo así la peor de las 7 iglesias del apocalipsis.

Laodicea estaba ubicada más o menos a 65Km al Sureste de Filadelfia. Un hombre de Colosas, de la iglesia de los colosenses fue quien fundó esta iglesia en Laodicea.

Laodicea significa gente gobernando o justicia (juicio) del pueblo, es decir el pueblo en poder, empoderado, hace lo que quiere.

Es así que se crea la expresión la voz del pueblo es la voz de Dios, es decir si todo el pueblo está de acuerdo, Dios tiene que obedecer lo que dice el pueblo.

¿Dios tiene que obedecer? En lo absoluto, nosotros debemos obedecer a Dios y hacer su voluntad.

Laodicea, se llamó así en honor a la esposa de su fundador Antíoco II.

Tenía 3 características singulares está ciudad:

• Había numerosas transacciones comerciales que le daba una riqueza impresionante.
• Era una ciudad muy próspera y riquísima económicamente debido a la floreciente industria de tejidos, lana negra fina, alfombras, entre otros.
• Era la sede una prestigiosa escuela de medicina sobre todo de oculistas como Zeuxis, y Alejandro Filetes. Allí se fabricaba el colirio y era la principal escuela de oculistas de toda Asia menor.

El Señor dijo a la iglesia que compre de su colirio para que pueda ver bien, debido a la popularidad del lugar, gracias a la escuela de oculistas.

Sin embargo, era una iglesia condenada por su tibieza, por la cual el Apóstol Pablo manda a la Iglesia de Colosas que lea su carta en Laodicea.

Colosenses 4:16

Cuando esta carta haya sido leída entre vosotros, haced que también se lea en la iglesia de los laodicenses, y que la de Laodicea la leáis también vosotros.

Recordemos que, en la carta a los Colosenses, especialmente el capítulo 3 de colosenses habla de hacer morir a la vida antigua.

Además, comenzar a revestirnos con una vida nueva, hacer un amor fraternal, honesto, no hipócrita ni con lisonjas.

Nuestro Dios no encuentra nada que alabar en esta iglesia, siendo un lugar de prestigio que tenía y poseía riquezas innumerables.

¿Cuál era el pecado de Laodicea?

Era una iglesia con orgullo farisaico, crudo materialismo (lo que se movía en esa iglesia era el dinero), marcada indiferencia (teniendo tantos recursos no ayudaban, eran miserables).

Así mismo, eran autosuficientes, arrogantes (Despreciaban a los demás) y poseían un elevado engreimiento espiritual.

NO les importaba lo que pasaba en las demás iglesias, no tenían ese amor, esa pasión por evangelizar al mundo para que conozcan a Jesús.

Estaban bien contentos en su reino, su iglesia muy próspera, un lindo edificio, todo el mundo con mucho dinero, no les importaban las personas de escasos recursos.

¡Muy parecidas a muchas iglesias de hoy! ¿No es así?

¿Cómo se hacían los negocios en Laodicea?

Las personas al ir a cualquier local, para comprar lo que necesitan, realizaban las negociaciones afuera del local, sentados en una banca.

Al llegar a una buena negociación cerraban el contrato, quedando la deuda pendiente.

Algunas ocasiones, las personas no pagaban dicha deuda, ya sea porque no tenían recursos o porque fracasaron en su negocio.

Cuando eso pasaba, las personas que hicieron la negociación les contaban lo sucedido a los fariseos, deshaciendo el trato.

Además, rompían la banca donde se sentaron en un principio para realizar la negociación, quedando la persona en banca rota.

De allí la famosa frase «banca rota» utilizada por las empresas o personajes que terminaron sin dinero.

Laodicea es una iglesia contemporánea

Es un mensaje para todos los tiempos habidos y por haber, esta iglesia existió en la historia, pero sin duda alguna, es más contemporánea de lo que podemos imaginarnos.

Esta iglesia llevaba un buen trato con la iglesia de Colosas, existía una amistad muy cercana entre ambas, estando estrechamente vinculadas.

El mensaje a esta iglesia lo encontramos en Apocalipsis 3:14-22

Cuando el Señor hace referencia a la tibieza de la iglesia de Laodicea, tiene que ver mucho con algo que se daba en la naturaleza en esa región.

La ciudad de Laodicea tenía varias aguas termales, conocidas como las aguas termales de Hierápolis.

Pero también era conocido porque llegaban ahí todas las aguas frías que vienen desde Colosas, mezclándose con las aguas termales, provocando que se formara el agua tibia.

Es interesante como el Señor utiliza esa analogía para hacer ver la miseria espiritual en la que estaban viviendo.

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El apóstol Pablo les hablo a ellos en el libro de Colosenses 4:14-18, cuando el apóstol Pablo está cerrando su mensaje a Colosas.

Aquí podemos ver un vínculo entre estas dos iglesias, Colosas una iglesia fría, y la otra de lo hirviente de su fervor termina en lo tibio.

Lo raro de esta iglesia es que no hay ningún elogio.

Por un lado, para Filadelfia todo era bueno, no era la iglesia perfecta, pero es el perfil para entrar al cielo.

Sino vivimos conforme a Filadelfia olvidémonos del cielo.

Mientras que por otro lado, todo es malo desde que empieza hablar el Señor, porque en esta iglesia no se enseñaba la Biblia y no había conversión de pecadores.

Nadie se convertía con el mensaje, era un club social, un centro de encuentro de supuestos cristianos.

Esta iglesia había confundido el éxito material con la aprobación de Dios, que es lo que está pasando con muchos hoy en día. 

Laodicea como las iglesias de la prosperidad

Mucha gente millonaria asiste a iglesias de la prosperidad, creyendo que por eso Dios les aprueba, pero están perdidos.

En Laodicea, estaban orgullosos de sus riquezas, pero no se daba cuenta de su miseria y su desventura.

Esta es una carta en la cual dicen los comentaristas se hace un llamado a la conversión de los ya cristianos.

El evangelismo era la misma iglesia, y posiblemente los de fuera de la iglesia estaban mejor que los de adentro, puesto que eran más conscientes de la necesidad de Dios.

Dios nos dice que está a la puerta y llama, pero estos tenían al Señor afuera.

Apocalipsis 3:20

He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

Era como una iglesia sin Dios, estaban perdidos peor que un ateo, porque estos creían tener a Dios por dentro, pero en realidad no lo estaba.

Es tan crítica la situación de esta iglesia que el Señor rompe el paradigma con el versículo 19.

Apocalipsis 3:19

Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.

Esta es la primera verdad que ataca a los predicadores de la prosperidad, ellos dicen que Dios no castiga, que Dios es Amor, bendición, paz.

Incitan a predicar del amor, ellos dicen: ¿por qué tienen que juzgar? ¿por qué criticar? ¡No hay que juzgar al ungido! Pero el versículo es claro: aquí vemos que Dios castiga.

El Señor reprende primero por medio de los hermanos de los otros ministerios, trata de corregir el error y después viene el Señor a reprenderlos.

Laodicea, la iglesia suntuosa

La historia cuenta por medio de los dibujos que se tienen de los laodicenses que vestían muy lindo, era gente muy elegante.

Además, fueron una sociedad en la cual la gente demostraba su categoría con vestimentas deslumbrantes, sin embargo, Dios les dice que estan desnudos.

Que contraste en lo que se veía y lo que realmente eran.

Esta iglesia junto con la de Sardis eran un desastre, al aparecer no había nada bueno que rescatar.

La última inglesia antes del arrebatamiento

Es la misma miseria espiritual de la iglesia contemporánea de hoy, fíjate que es la séptima iglesia, es decir la última.

Es la última etapa de la iglesia en la tierra antes del arrebatamiento.

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Históricamente existió, pero en este tiempo se ubica como la que está al borde del arrebatamiento, sino miremos Apocalipsis 4:1

Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.

La puerta del cielo se abre, el arrebatamiento ocurre.

Hoy la mayoría de las iglesias son un centro comercial de la fe

O vivimos fieles como en Filadelfia o vivimos en lo mundano como Laodicea. Pero tenemos que decidirnos.

Es una situación de la cual la vida espiritual del creyente está al borde del abismo. Aquellas personas de Laodicea, estaban ciegos, no se daban cuenta.

Apocalipsis 3:17

Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.

El ciego no sabe lo que le espera, está al borde del precipicio, por ello Dios llama a esta iglesia ciega.

Lamentablemente es la triste realidad de la mayoría de las congregaciones evangélicas del tiempo presente que han adoptado esa teología de mercadotecnia.

Han convertido la casa de Dios en una cueva de ladrones, o más claramente lo convirtieron en el centro comercial de la fe.

En estas iglesias te dicen que si deseas ser bendecido debes dar practicamente todo lo que tienes, de lo contrario no recibirás ningú favor de Dios ¡Qué Tremenda blasfemia!

Es el mismo concepto de la iglesia de Laodicea, puro comercio.

Su realidad social reflejada en su condición espiritual.

Yo conozco tus obras

Hay una frase que el Señor les repite a todas las iglesias, 7 veces el Señor dice “yo conozco tus obras”.

No hay nadie que pueda conocerte mejor que Dios, no podemos ocultarle absolutamente nada.

El Señor a esta iglesia se presenta como El Amén

Apocalipsis 3:14

Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto:

¿Cuándo decimos Amén?

Sabiendo que Amén significa así sea, cuando estamos dando una aprobación, el Señor lo que nos está diciendo es, aquí está el que aprueba: “yo soy el que doy la aprobación, yo soy el que digo amén”

El Señor se encontraba hablando a las puertas de la iglesia, lamentablemente afuera.

Estaba en voz alta hablando.

Les estaba diciendo: muchachos, si me dejan castigarlos un poquito, si me dejan disciplinarlos, si me dejan azotarlos, si oyen mi voz, yo voy hacer algo nuevo con ustedes.

Porque Yo Soy el principio de la creación, con nadie van a volver empezar si no es conmigo, así dice el Señor.

El Amén, el que aprueba, significa que debieron presentarse como un obrero aprobado delante de mí, dice el Señor, pero te has presentado tibio.

Pero debemos tomar en cuenta que todavía no se había presentado para aquel día del juicio, por eso viene el mensaje, la advertencia.

Debemos compartir el Evangelio

Al mundo no le viene nada bueno, por ello debemso sentir tristeza si amamos a nuestros seres queridos y aún a todo el mundo como Dios ama.

Pero también podemos sentir gozo en el espíritu por lo que nos viene, por ello debemos participar de esta buena y hermosa salvación con todas las personas que podamos empezando por la familia.

Apocalipsis 3:17

Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.

Una cosa es lo que tú dices y otra es la que Dios dice.

Apocalipsis 2:9: Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás.

Aquí a Esmirna quién lo llamo rico es Dios. De ahí que hay una gran diferencia cuando tú te llamas rico en base a tu propio entendimiento.

Lo primero que debemos comprender es la lucha que tenemos contra el pecado; o eres esclavo del pecado o no lo eres, o buscar salvar tu alma o no. O te vas o te quedas.

Hebreos 12:4: Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado;

Pero las famosas iglesias de la prosperidad entregan a sus seguidores al pecado y a las mentiras, no les importa si van de cabeza al infierno.

La disciplina de Dios es fundamental

Hebreos 12:5

y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo:

Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor,

Ni desmayes cuando eres reprendido por él;

Muchos predicadores de hoy te enseñan a menospreciar el castigo de Dios, la disciplina del Señor, están enseñando a aborrecer el amor del Padre.

Porque un padre que ama castiga, disciplina, eso hace un padre verdadero.

Hebreos 12:6

Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo.

A todos nos azota, nadie se escapa, porque si Dios no te azota haciéndote creer que eres bueno, porque solo al bueno no se le azota, Dios sería mentiroso y Dios no es mentiroso.

Quiere decir que todos pecamos, por lo tanto, todos debemos ser castigados por Papá y debemos obedecer y hacer la voluntad de Dios y no al contrario.

¿Ya ves por qué decimos que la voz del pueblo NO es la voz de Dios?

Pero cuando Dios te castiga, inmediatamente te envía al Consolador, El Espíritu Santo y después del castigo, el Espíritu te consuela y te guía por la verdad con el propósito de que no te vuelvas a desviar del camino.

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Hebreos 12:7: Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?

Ay de aquellos padres que no disciplinan a sus hijos y que enseñan que sus hijos con su boca les deshonren, les acortan la vida y les roban la bendición

¿Qué significa ser miserable?

De que le vale al hombre ganar su vida si pierde su alma, de que le sirvió a Laodicea todas las riquezas, sí todo lo que poseía, delante de los ojos de Dios simple y llanamente era miserable.

Apocalipsis 3:18

Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.

Porque solo el oro refinado en fuego es puro, el fuego le quita toda impureza al oro y lo que queda después de que el oro pasa por el fuego es oro puro, antes no lo es.

Así es nuestra fe más preciosa que el oro.

Aquí el Señor le dijo lo mismo que le dijo al hijo pródigo, Dios le aconseja a Laodicea diciendo te quiero vestir hijo, te quiero ungir de nuevo.

Jesús está llamando a tu puerta

Jesús nos está llamando a la Iglesia, solo tú tienes las llaves de tu puerta, tú decides si le quieres abrir.

Si tu abres la puerta hoy, Él entrará a ti, cenará contigo y tú con Él y te sentará cuando llegue el día junto a un lugar donde le han dado a Cristo sentarse en el reino de su Padre.

El problema de Laodicea es que fue guiada no por el Espíritu Santo, ni por el Señor Jesús, los dejaron fuera, era un líder religiosos que se desvió de la sana doctrina y desvió a toda la iglesia, tal como sucede en nuestros días.

A veces el Señor tiene que llamar a alguien más para que nos haga caer en cuenta que estamos mal.

Recuerda que la mayor riqueza no es lo que tienes sino a quien tú tienes. Yo tengo a Jesús ¿Y Tú?

Ahora ya sabes que la voz del pueblo no es la voz de Dios, porque nosotros no somos quiénes para ordenar a Dios.

Lo que debemos hacer es su voluntad, no la nuestra.

Fuente: A LA FINAL TROMPETA #23