La voz de Dios se convierte en un mandato que si la obedecemos tendremos Bendiciones abundantes, pero… ¿qué pasa cuando no escuchamos la voz de Dios y más bien ponemos atención a doctrinas de hombres?
Esto es lo que podría suceder cuando no escuchamos la voz de Dios, trayendo el ejemplo de Eva, quien sabía tan bien las instrucciones del Señor, que las repitió casi palabra por palabra a la serpiente, no obstante, el orgullo y el deseo la vencieron, y fue engañada. Eva dejó de escuchar a Dios y abrió sus oídos a la voz equivocada.
Piensa en cuántas voces escuchamos en un día cualquiera. Artículos de prensa, podcasts e incluso amigos y familiares nos bombardean la mente con ideas y filosofías. Escuchamos mensajes superficiales envueltos en un lenguaje bonito. Es fácil caer en el engaño, a menos que renovemos nuestra mente con la Palabra de Dios.
Eva se metió en problemas con tan solo hacer una breve pausa y escuchar las palabras de la serpiente y de paso fue el detonante que cambió todo. Satanás torció el significado de lo que Dios le dijo, tentándola a alejarse de la verdad y caer en el error. Le aseguró que, en lugar de caer muerta, llegaría a ser como Dios: Sus ojos se abrirían, y ella “conocería la verdad”.
Genesis 3:1-13
1 Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?
2 Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer;
3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.
4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis;
5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.
6 Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.
7 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales..
8 Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.
9 Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?
10 Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.
11 Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?
12 Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.
13 Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí.
En un sentido, las palabras de Satanás fueron precisas, pero no ciertas. Los ojos de Eva fueron abiertos; sin embargo, el conocimiento no era tan maravilloso como lo implicaba la serpiente. Fue despertada a su propia naturaleza pecaminosa y al abismo que se había creado entre ella y Dios. Además, el cuerpo físico de Eva sufrió la muerte como resultado de su pecado.
Ten cuidado cuando los mensajes compitan por tu atención, (celular, redes sociales, falsas amistades). Satanás, que es tan astuto hoy como lo fue en el Edén, se viste de engaño para sonar como si dijera la verdad; aunque miente cuando habla.
Juan 8:44
44 Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.
Por eso, sintonízate con Dios y los principios de su Palabra, porque solo en Él está la verdad.
Fuente: Carlos Florín (Casa de Oración Dile a Un Amigo)