Jesús es mi Pana
Un comportamiento del ser humano que crece cada día es el acto de infidelidad hacia la pareja, gran porcentaje de hombres y mujeres traicionan después de contraer matrimonio, lo que le convierte en un tema sumamente alarmante.
Pero la gran pregunta es ¿por qué somos infieles?
Cuando somos novios, damos, por si fuera poco, nuestra vida por la pareja sin importar lo que dirán. En ocasiones los padres del novio o la novia, no están de acuerdo con nuestra relación, nuestros amigos buscan ocasiones para separarnos, familiares se oponen a que sigamos juntos, en fin.
Una vez cumplido con nuestro objetivo matrimonial, aún con el mundo en contra, parece que el encanto se va rompiendo de a poco y tarde o temprano empieza a resquebrajarse las cosas.
Ya no hay ese mismo deseo de abrazar, de besar, de estar juntos, todo va cayendo en clima de desidia y desesperación, y finalmente muere aquello que un día nos unió.
Entonces escogemos el camino más difícil, la traición. Cuando lo más fácil sin duda alguna, es sentarse a dialogar, poner en la balanza lo bueno, priorizar las cosas positivas de la pareja, analizar qué nos está haciendo daño y optar por cambiar los dos y poner todo nuestro empeño para que la relación continúe.
Pero como ya alguien nos ha empezado a calentarnos las orejas, entonces nos quedamos callados, seguimos nuestro día a día como si nada, ponemos de pretextos que estamos cansados mientras empezamos una aventura a escondidas y sin pensar en las consecuencias, incluso nefastas, que podrían pasar.
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Otros, más temprano que tarde, escogen el camino que creen es el más fácil, la separación, «me divorcio y solucionado el problema», con hijos o sin hijos, piensan de una manera egoísta en sus propios intereses y vuelven a ser «libres» para optar por otra persona.
La infidelidad es una las lacras sociales que existen, no solo hablemos de pareja, sino en cualquier ámbito. La deslealtad es un signo de inferioridad, de irrespeto, de quemeimportismo, de derrotismo, de la peor de las basuras. Ser desleal es convertirse en alguien despreciable, indigno de toda bondad, de todo perdón. Sin embargo, en el arrepentimiento está la clave para reinvindicarse.
Pero… ¿Por qué pasan estas cosas?
La deslealtad o infidelidad suele pasar definitivamente porque las personas están lejos de Dios. Una cosa es ser creyente y otra es conocer a Dios verdaderamente a través de una relación responsable y no una religión.
Cuando sabemos con certeza lo que Dios quiere para nuestras vidas, el propósito para el cual fuimos formados, entonces las cosas cambian y sabemos cual es el camino, la verdad y la vida, allí radica toda esperanza de un comportamiento adecuado en nuestra sociedad y al momento de entablar una relación con el sexo opuesto.
Ni psicólogos, ni terapeutas, ni profesionales de parejas (con el debido respeto), pueden hacer lo que Dios puede hacer en nuestras vidas cuando confiamos plenamente en Él. A menos que estos profesionales también confíen en nuestro Creador y su trabajo sea impartido en bases a los principios y valores propios de Dios.
Millones de personas en el mundo se han beneficiado de la Poderosa Palabra de Dios, entendiendo su significado, comprendiendo que es el único que puede transformar nuestras vidas, restaurar nuestra forma de pensar y conducirnos por la senda correcta.
Al conocer a Dios verdaderamente a través de las Escrituras y congregándonos en una iglesia de sana doctrina, estamos prestos a actuar de una manera edificante, entonces el amor de Dios toca nuestras vidas y de la misma manera transmitimos hacia nuestro seres queridos la misma energía para hacer más llevadero nuestro diario andar, así, la infidelidad o traición se alejan completamente y se puede vivir en completa armonía.
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Todo radica en el conocimiento de Jesús, sus planes y sus promesas, en la plena confianza en Él y en seguir sus mandamientos al pie de la letra, con ello nuestra vida fluye con los mejores augurios.
No decimos que no existirán los problemas, siempre habrá dificultades, pero para esos contratiempos tenemos a un gran Dios y esto nos da la esperanza de una vida plena.
Dios aborrece la deslealtad
Malaquías 2:16
Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales.
No sean desleales nos pide Dios, en cualquier ámbito de la vida y mucho más con nuestras parejas, porque hombre y mujer los hizo y una sola carne serán, ¿por qué entonces rechazar lo que Dios ha unido?
Isaías 33:1
Jehová traerá salvación
!!Ay de ti, que saqueas, y nunca fuiste saqueado; que haces deslealtad, bien que nadie contra ti la hizo! Cuando acabes de saquear, serás tú saqueado; y cuando acabes de hacer deslealtad, se hará contra ti.
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Dios es fiel eternamente
Y si Dios es fiel por qué somos infieles nosotros, Dios nos ha demostrado a lo largo de la historia su completa lealtad hacia nosotros, analicemos esto y no sigamos pecando.
Deuteronomio 7:9
Reconoce, pues, que el SEÑOR tu Dios es Dios, el Dios fiel, que guarda su pacto y su misericordia hasta mil generaciones con aquellos que le aman y guardan sus mandamientos;
