Hemos conocido las trece profecías de Jesús que ya se han cumplido al pie de la letra hasta nuestros días, pero hay otras que las anunció y están por efectuarse. La Décima cuarta profecía: El Arrebatamiento de la Iglesia
El Señor nuestro Dios jamás trae juicio a su pueblo sin antes enviar advertencias de lo que sucederá si desobedecemos.
Una y otra vez el Señor nos advierte para estar preparados y escapar de las cosas que verdaderamente pasarán.
Lucas 21:33-38
33 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
34 Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día.
35 Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra.
36 Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.
37 Y enseñaba de día en el templo; y de noche, saliendo, se estaba en el monte que se llama de los Olivos.
Existe una profecía anunciada por Jesús y que debe cumplirse antes que suceda la Gran Tribulación, que es otra profecía de Dios.
Esta profecía se denomina «El Arrebatamiento de la Iglesia».
Querido lector, si aún no crees en Dios, si aún rechazas las enseñanzas de Jesús, por favor NO lo hagas, date la oportunidad de conocer a Jesús, porque lo que se viene, si no has entregado tu vida a Dios, será terrible.
1 Tesalonicenses 4:16-18
16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.
Todos los cristianos que obedecemos a Jesús y que andamos conforme a su voluntad, seremos transformado en un abrir y cerrar de ojos.
1 Corintios 15:51-58
51 He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,
52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
53 Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.
54 Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.
55 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?
56 ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.
57 Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
58 Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
Así como Noe y Lot fueron protegidos ante la destrucción, así Jesús en cualquier momento nos lleva para no sufrir lo que viene al mundo.
Esta profecía también es llamada la «Esperanza Bienaventurada».
Tito 2:11-15
11 Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres,
12 enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente,
13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,
14 quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.
15 Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie.
El arrebatamiento es real, porque todo lo que ha anunciado Jesús se ha cumplido hasta el momento y estas profecías son las que faltan por efectuarse, nadie se libra de su cumplimiento. Todos los que andan en pecado, se quedan.
Hebreos 12:14
12 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
Todos los tibios, se quedan. Cuando Dios se refiere a las personas tibias, quiere decir: Quienes dicen creer, pero asisten a la iglesia irregularmente, no leen la Biblia todos los días, no hablan de Dios nunca, se aferran a una religión y no a las enseñanzas de Jesús, se aferran a sus tradiciones y no a la verdad de Dios, por lo tanto no tienen esa pasión, esa vivencia diaria, ese amor por Jesús.
Apocalipsis 3:16
16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
Los que practican el pecado jamás tendrán cabida en el cielo a menos que se arrepientan de corazón y entreguen su vida a Jesús.
Apocalipsis 22:15
22 Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira.
Por ello debemos prepararnos para la gran fiesta en el cielo, mientras en la tierra habrá 7 años de Gran Tribulación, un terror como nunca antes había existido.
Apocalipsis 19:5-10
5 Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes.
6 Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: !!Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!
7 Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.
8 Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.La cena de las bodas del Cordero
9 Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios.
10 Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.
Dios ya arrebató a otras personas en el pasado por diferentes razones, Enoc, lo podemos encontrar en Génesis 5:24; Elías, 2 Reyes 2:9-12; Jesús, Hechos 1:6-11; Felipe, Hechos 8:39; Pablo, 2 Corintios 12:1-4
Jesús prometió que Él vendría a buscarnos para llevarnos al Reino de los Cielos, nuestra morada eterna, puede sonar fantástico, pero es verdad, créelo.