Se dice que la historia narra los sucesos acaecidos en etapas anteriores y es a través de esta ciencia que podemos conocer los hechos que han marcado la humanidad, sus consecuencias, triunfos y fracasos.
Pero, ¿que tal si esta historia fue contada a conveniencia de quienes la escribieron u oculta para que no sepamos los verdaderos sucesos sobre tal o cual tema?
Para nuestro caso, la historia contada de la Iglesia de Cristo siempre tuvo falencias, incoherencias y mucho misterio, porque hay una historia no contada que es importante conocerla para saber la verdad. Jesús dijo que la verdad nos hará libres, entonces ¿por qué ocultarla?
Desde el blog de Greta Chaustre, historiadora y ensayista, podemos conocer lo que realmente pasó con la Iglesia de Cristo y lo que Jesús verdaderamente quiso con respecto a su mensaje.
¿Qué es la fe?
En relación a la historia de la iglesia y de la fe cristiana, muchos dan por sentado que todo ritual, no importa lo incoherente que sea, es un acto de fe. Debe existir un momento en la vida para preguntarse ¿qué es la fe? ¿de dónde viene? ¿que significa?.
Razonando en estas cuestiones, podemos encontrar la evidencia de cómo la fe se dividió en tres tiempos:
- Antes de la religión, siglo I y III, donde se establecen los cimientos de la iglesia cristiana basada en una vida bibliocéntrica.
- Después de la religión, siglos III, hasta la actualidad, cuando el imperio romano se expropia de la historia del cristianismo, tomando lo que políticamente le convino. Partiendo de esa dominación, inventaron todos los dogmas anti bíblicos posibles y establecieron un régimen tan autoritario, que se auto proclama, como único representante de Dios en la tierra.
- Finalmente el tiempo del siglo XVI, cuando un monje afligido por los golpes de la vida, abre la Biblia y se da cuenta de los engaños que existen en su propia religión; fueron tantas las evidencias, que las convierte en una serie de tesis y libros, los cuales fueron conocidas en toda Europa, como reformas protestantes. Un acontecimiento gracias al cual, el mundo puede retomar o no, la conciencia de la verdadera fe cristiana.
A Continuación una síntesis cronológica de esas coyunturas históricas que dividen la iglesia cristiana en antes y después de la religión.
Siglo I. Las Raíces de la sana doctrina del cristianismo
Después del evento de la resurrección, el Mesías Yeshúa (Jesucristo), dejó un mensaje a sus discípulos, para que este fuera pasando de generación en generación hasta su regreso:
Mateo 28:19-20
19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Se da inicio a la primera congregación cristiana, en donde todo el que creía, era bautizado, sabiendo que, esta acción solo puede hacerla un individuo con capacidad de razonar acerca de las acciones de su vida y tener conciencia sobre sus actos, para iniciarse en una nueva vida a partir del bautismo.
Los creyentes del siglo I, estuvieron motivados por el amor sin condiciones, predicado por Cristo y los discípulos, como el primero de los mandamientos, mediante el cual se podía alcanzar una vida un poco más virtuosa.
No existía un bautismo de bebés, porque había coherencia en los significados, y de hecho Jesucristo jamás lo practicó, ni mucho menos lo enseñó.
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Los primeros años después de la ascensión de Yeshúa, los discípulos se vieron limitados a llevar el mensaje de la gran comisión, solo a los judíos. Esto se debió a que la congregación cristiana estaba amenazada por la persecución que comenzó en el sanedrín (la asamblea de líderes judíos de Israel), los cuales mandaron a encarcelar, enjuiciar, apedrear, e incluso asesinar a muchos de la comunidad creciente de los seguidores del Mesías.
En algunos de los juicios que el Sanedrín realizó a muchos de esos seguidores, quedó demostrado que, los primeros cristianos, sin ser doctos, escribas, o eruditos, poseían un elevado conocimiento del TANAK (los libros hebreos conocidos como el antiguo testamento), un misterio que dejó en varias ocasiones sin defensa a los rabinos.
De entre aquellos perseguidores y asesinos contratados por el Sanedrín, estuvo Saulo de Tarso, (más tarde Pablo) a quien también se le apareció Jesucristo, después de haber sido cómplice de varios arrestos y asesinatos de cristianos.
A diferencia de los discípulos, el Apóstol Pablo tuvo un encuentro más drástico con el Mesías, el cual lo dejó ciego e incapacitado de seguir su camino de persecución. En medio de ese encuentro, Jesucristo le encomendó que llevará el mensaje de la gran comisión a toda persona no judía y fuera de las fronteras de Israel. Al respecto de ese encuentro, años más tarde, encarcelado por cumplir con esa misión, confesaba Pablo:
1 Corintios 15:6-10
6 Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen.
7 Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles;
8 y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí.
9 Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios.
10 Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.
A partir de Pablo se inicia el tiempo del evangelio para el mundo, llevado más allá de Asia menor, a Grecia y Roma. Un tiempo donde había un celo por la coherencia de la verdad de las escrituras hebreas y no se concebía desviaciones, ni descontextualizaciones del mensaje específico de Jesucristo.
En el año 64, inicia la segunda ronda de persecución a la iglesia, esta vez por parte del emperador romano Nerón, el cual se estima que asesinó a 2 millones de cristianos en los coliseos y en las calles de todo el imperio romano, Nerón como todos los emperadores romanos buscaba ser reconocido como un dios.
Siglo II y III. Los principios de la apología cristiana contra la falsa doctrina
En el transcurso de estos dos siglos, surge la necesidad entre los padres apóstoles de la gran comisión, instaurar una serie de apologías y de teologías en defensa de la sana doctrina iniciada en el siglo I, sobre todo en contra de herejías que intentaban colarse en la iglesia de Cristo. Entre los grandes apologistas del evangelio destacan: Marciano Arístides, Justino Mártir, Taciano, Atenágoras, etc.
La iglesia de Cristo fue conocida en el primer siglo como una comunidad, como una multitud ya expandida por varios pueblos de Oriente y Occidente, que respetaban el matrimonio y la familia, que se repartían los servicios entre aquellos que estuvieran dispuestos, y en donde se exponía públicamente a los que intentan manipular los mandamientos de Dios, y sobre todo se enseñaba y se estudiaba la palabra de Dios.
Aquella iglesia era clandestina y muy independiente de la doble moral del imperio romano. Eran gobernados por su fe en Cristo, y todas las limitaciones que Roma les impuso, los mantenía unidos.
Sus líderes no eran primordiales, ni tampoco sedentarios; sobre todo porque esos líderes estaban comprometidos con salir al mundo y llevar el mensaje de Dios. Para la iglesia de Cristo no había simbología, aunque tuvieron que improvisar señales para reconocerse en medio de la clandestinidad. La cruz no los representaba, mucho menos estatuas, o imágenes que fueran en contra del primer mandamiento. Eran una fuerza peligrosa para muchos emperadores, reyes y líderes políticos que llegaron a sentir su estatus quo amenazado.
Siglo III. Mutación de las raíces cristianas y fundación del Sincretismo religioso
En el Año 313, el emperador romano Constantino I, observa que los cristianos sobrepasan al romano adorador de Mitra y Júpiter, como el; incluso dentro de las filas de su ejército, de manera que, decide imponer el Edicto de Milán, donde se da libertad de culto en el imperio, y por primera vez en la historia, se señala al cristianismo como una religión, de la que era necesario apropiarse.
A partir del Edicto de Milán la política romana absorbe el cristianismo y se inicia la era de invenciones político-religiosas dirigidas por un camino totalmente diferente al trazado desde el siglo I y II por la comunidad cristiana. Este es el momento histórico no conocido por la cultura general, en el que, los dos siglos de sana doctrina cristina antes mencionados, fueron sepultados por la religión y el sincretismo indulgente de Roma.
En el año 324 se nombra el primer Obispo de Alejandría y Constantinopla, se trata de un Pontífice, proclamado por el imperio como líder político religioso, y cuya función soberbia como no la hubo antes, será el servir de puente entre Dios y los hombres; por los medios que este dictamine, y no por lo que estuviera escrito en la Biblia. Al mismo tiempo fue nombrado un «Vicario» (sacerdote) cuya función, también soberbia, era la de «representar a Cristo en la tierra».
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En el año 375 Los obispos y vicarios se inventan que los santos y los muertos son intercesores de los hombres.
En el Año 376 los líderes religiosos de roma decretan por invención propia, la extremaunción, o los óleos en el lecho antes de morir.
En el año 380 el emperador Teodosio I, decreta el edicto de Tesalónica, en el cual se institucionaliza el cristianismo como religión Católica-Universal, oficial y hasta hereditaria.
Siglo IV. El celibato antibíblico
Continúan la introducción de invenciones religiosas por líderes del nuevo catolicismo romano.
Con todo un siglo de expansión de nuevos líderes religiosos, se ve manifiesta la necesidad imperial de proclamar el celibato sacerdotal en el año 450. Esta, fue sin duda, una estrategia económica, que no le permite a los clérigos formar una familia, ni poseer los bienes que adquiera en su vida, ni menos, dejar rastros de herederos.
En contradicción con las palabras del Apóstol Pablo, el cual pensaba, que este tipo de abstinencia era un don, que evidentemente, como demuestra la pederastia sacerdotal, no todos poseen:
1 Corintios 7:8-9
8 Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo;
9 pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando.
Siglo V. La invención de un papado antibíblico
En el año 590 se proclama el primer PATER (Papa), inaugurado por Gregorio I. A partir de ese momento surge una nueva autoridad cuya función va más allá de ser jefe sacerdotal, pues también se trata del máximo líder de todo el Sacro Imperio Romano.
Con la proclamación papal se cierra la lectura de la Biblia porque de todas maneras no estaba siendo tomada en cuenta, ya que no validaba ninguno de los edictos del imperio, ni proclamaciones, ni normas, mucho menos la creación de un estamento tan ajeno en todo sentido, a las raíces del cristianismo de los siglo I y II, como el sacerdocio romano y el papado. En el siglo VIII, para el año 850, se introduce la invención de que el agua puede ser bendita.
Siglo XII, XII. Apogeo de las indulgencias católicas
En el año 1190 se les ocurrió la venta de la salvación que consta de indulgencias de hasta 15 mil años de perdón.
En el año 1198 el Pater Inocencio III, se atribuye a sí mismo la autoridad pontificia de árbitro y calificador de los pretendientes al trono.
Durante su papado Inocencio ordena el exterminio de quienes no se sujetaban a Roma, mediante diferentes cruzadas, en donde se asesinó y se confiscó las propiedades de aquellos que incluso se atrevieran a leer la Biblia.
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Se incorpora también el invento de la “transustanciación”, un ritual en donde se hace el partimiento de la hostia, según el cual se convierte en el cuerpo y sangre de Cristo, para ser recibido por los feligreses cada domingo, mientras que, de lunes a sábado se tolera cualquier acto de doble moral. Muy contrario a las palabras de Cristo, cuando él toma el pan en la pascua judía y pronuncia: “que se haga en su memoria”, y no para repetir el acto cruel, en el que su cuerpo fue torturado hasta derramar la última gota de sangre.
En las primeras décadas de 1200, se incorpora también, mediante el Concilio de Trento, el invento de la Misa, la cual se establece como una repetición del sacrificio de Cristo por vivos y muertos, necesaria y obligatoria. Se establece además que solo por medio de Roma se obtiene la salvación, todo ello en total contradicción con todas las escrituras de la Biblia y en oposición con el hecho rotundo, de que la salvación es por medio de la Gracia de Dios y no de ningún hombre.
Siglo XVI, La Reforma bíblica, volviendo a las raíces de la sana doctrina
En el año 1526 un monje católico alemán se levanta en contra de la venta de indulgencias de salvación. Su nombre es Martín Lutero, quien abre la biblia y re descubre el versículo 17, del capítulo I, de la carta a los romanos, escrita por el apóstol Pablo que dice así:
“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.”
A partir de este y otros extractos de la Biblia, que enseñan que la gracia y la salvación no se obtienen por invenciones humanas, mucho menos por indulgencias, Lutero daba cuenta de las enormes contradicciones que su iglesia promulgaba delante del único texto en el que según, basan su aparato religioso.
A partir de ese momento Lutero inicia una lectura mucho más profunda de la Biblia y de otros apologistas del primer siglo, los cuales lo inspiran para escribir sus 95 tesis, que él mismo pega en las puertas de la iglesia de Wittenberg.
En sus posteriores escritos, refuta a muchos de los estatutos, proclamas, bulas, concilios y decretos establecidos por la iglesia católica, los cuales revelaban un sin número de contradicciones a la luz de la palabra de Dios. Por su sublevación tan razonable para muchos teólogos, Lutero fue expulsado de la iglesia católica, mientras que esperaba por un juicio, en el cual tenía que retractarse de todo lo que había escrito. Sin embargo, Lutero nunca se arrepintió de haber sacado a la luz todas las herejías de la iglesia católica.
Se inicia una nueva era a la luz de la palabra de Dios, llamada reforma protestante, cuyo objetivo era poder retomar aquel cristianismo primitivo, negándose a la autoridad de la iglesia de Roma, a su “derecho divino”, y a la sucesión apostólica desde el apóstol Pedro; dando primordial importancia a la Biblia, como la única con la regla de fe y conducta moral, al mismo tiempo que se destaca a la doctrina de la justificación del hombre, por medio de la Gracia.
La influencia de razonar la fe mediante la Biblia, se expandió por toda Europa logrando hacerse eco entre personajes como: Calvino de Francia, Federico III de Sajonia, Guillaume Farel, Ulrico Zwinglio, Teodoro de Beza, John Knox, entre muchos otros.
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Sin embargo, fue en Suiza, como en ningún otro lugar, donde se concentró el mayor número de protestantes, siendo Calvino junto con otros de sus colegas y seguidores teólogos, los fundadores de nuevas congregaciones. Todas estas iniciativas estuvieron influenciadas por las reformas de Lutero, logrando discutir el camino de la fe verdadera, y dando paso a temas como la existencia errada de los sacerdotes y obispos, así como la inclusión de líderes electos por la congregación y llamados pastores.
Más de un millón de personas asesinadas por la iglesia católica
A Pesar de la reforma protestante, la iglesia católica continuó por el mismo sendero y su reacción fue la contrarreforma católica, que le dio mayor poder a la «Santa Inquisición», responsable del asesinato de más de 1 millón de personas que negaron seguir las incoherencias de la religión imperial.
La iglesia católica nunca dio marcha atrás; En 1546 se agregan 11 libros apócrifos a la Biblia, los cuales habían sido rechazados por los recopiladores de los primeros siglos.
En 1634 se proclama que sólo el Pater es la figura que decide quien es santo, incluyendo la canonización como la autorización de la santidad de un muerto. Contrario a la Biblia, en donde se hacen referencias a un tipo de santidad, que corresponde a personas vivas como apartadas para el servicio de Dios y en donde se habla claramente que no se debe consultar a los muertos.
Deuteronomio 18:10-12
10 No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero,
11 ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos.
12 Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti.
Siglo XX y XXI. Memorias de un papa sepultado
En el año 1961 el Páter Juan XXIII, abre la Biblia al mundo, es decir a sus líderes, para que sea leída en español y no en latín, además de eso, manda a quitar las imágenes de las iglesias, sabiendo que, aquello estaba en contra del segundo mandamiento de Dios. Juan XXIII, se convirtió en el único de los papas en 17 siglos, que asumió esa responsabilidad, cómo lo fue aquella de dar cuenta, sobre de la contradicción existente, de la adoración por las imágenes de cerámica. Algo que evidentemente no fue adoptado en américa latina, y que fue olvidado y sepultado con la muerte de este Pater.
Para iniciar el siglo XXI, en el año 2000, se declara a María como corredentora de la salvación, como un especial “aporte” hereje y anti bíblico de la iglesia católica, que da bienvenida al nuevo siglo.
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Esta es una de las mayores blasfemias de la historia cristiana, ya que María, aunque fue una sierva humilde de Dios, apenas si se le menciona en la Biblia, no sufrió la tortura física, ni psicológica por haber hecho milagros, ni por haber hablado en las sinagogas, y lo más importante, ella no resucitó, de hecho cuando supo cuál era su propósito en el ministerio de Cristo, no se enalteció como co autora:
“Entonces María dijo de rodillas: Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.”
No cabe duda que existen dos denominaciones diferentes del cristianismo, la original, que surgió por Cristo con los Discípulos en el siglo I y II, basada en la palabra de Dios y que se retomó en la reforma protestante del siglo XVI. Y otra que se adjudicó sólo de nombre cristiana, en el siglo III, por un imperio que asesinó y robó todos los tesoros que adornaron Jerusalén, la patria del cristianismo, inventando la religión, jerarquías, y una lista interminable de rituales de trasfondo pagano.
Gracias a la reforma protestante, se redescubre la historia cristiana sepultada por Roma, expandiéndose hasta los Estados Unidos, cuyos colonizadores fueron de congregaciones protestantes calvinistas, y que tuvieron la gracia de tener líderes, fundadores de importantes universidades y presidentes, con un pensamiento teológico progresista y fundamentado en la palabra de Dios. Contrario a los colonizadores de Latinoamérica que dejaron entre otros infortunios, la religión romana tal como se le conoce hoy.